Bueno, supongo que si la música amansa a las fieras, y hasta dicen hace crecer a las plantas, pues también tienen su función a la hora de potenciar un encuentro sexual.
Ya Spotify hizo un estudio al respecto el año pasado. De ahí salieron cosas tan curiosas como que las voces roncas y ásperas son las más excitantes. Paralelamente a ese estudio se confeccionó una lista con los temas más sensualmente atractivos. Dirty Dancing resultó ser la banda sonora más votada para hacer el amor, mientras la canción Sexual Healing, de Marvin Gaye, fue la preferida para entrar en ambiente. También destacaron Bohemian Rhapsody, de Queen; Angels, de Robin Williams; y Living On A Prayer, de Bon Jovi.
Después están los temas clásicos que van irremediablemente unidos al tandem música -sexo, como Je t'aime moi non plus de Serge Gainsbourg y Jane Birkin, considerada por muchos como la canción más erótica de la historia. No falla, tiene todos los ingredientes: susurros, ritmo in crecendo y además es en francés. Según cuenta un técnico de sonido que estuvo presente en la primera grabación del tema de Gainsbourg, el que cantó a dúo con Brigitte Bardot en 1967 y que luego se retiró por petición de la actriz por miedo al escándalo, la pareja se masturbó uno al otro para que los gemidos fueran reales.
Lo que está claro es que la música tiene esa capacidad de evocación y excitación, y es por sí sola una buena generadora de intimidad y ambiente propicio para dejarse "abandonar".
No se ha descubierto si existe un género musical más propicio que otro para el amor. Así que recomiendo ir probando. La intimidad del blues, el ritmo cálido de la bossa, la pasión de los boleros, el pasteleo de las baladas, la lujuria del rock, el arrebato del tango…
Yo os dejo una sugerencia para empezar la semana:
El tema de la BSO de Dirty Dancing, que es Cry to me de Solomon Burke.
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