Emoción y humor a partes iguales en un blanco y negro que pinta de grises esta fábula inter-generacional, con ratos casi de docu-drama (porque justamente así es la vida) y con ratos de comedia.
El responsable es Alexander Payne (Los descendientes, Paris, je t'aime, Entre copas)
que ha sabido poner al frente de su trabajo a un reparto excelente, empezando por repescar a ese eterno secundario de lujo que es Bruce Dern.
Nebraska cuenta las aventuras o desventuras que ha de sufrir Woody para cobrar un premio. Parece que ha ganado un millón de dólares, pero sus hijos y su esposa tratan de convencerle de que es un timo. No hay nada que hacer, al cabezota de Woody habrá que acompañarle a por el premio, de Montana a Nebraska.
Blanco y negro que no le ayudará por cierto ni a hacer taquilla, ni a estrenarse en muchas ciudades.
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