Lo del paraíso de siesta, cañas y noches eternas frente al televisor no es otra cosa que una lectura maniquea. Los que estamos aquí no vemos el paraíso terrenal por ningún lado. Más bien un lodazal. Y cada día nos superamos.
Hoy mismo nos despertamos con la noticia de que los inspectores de Hacienda quieren pagar para que seamos chivatos, espías y confesores. Ni republicana bananera, ni la Alemania de la Stasi, sólo queremos un termino medio de país. Tampoco pido que seamos Arabia Saudí, donde por cierto no se pagan impuestos.
Sólo un sitio dónde para sobrevivir, el fontanero y el dentista, linchados a IVAs, autónomos, y demás, no tengan que cobrar en negro.
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