Por un lado, la película empieza con una larga secuencia, hasta el título de la película, donde todo pinta perfecto. Un arranque que promete : buena fotografía, buenos actores, y una introducción a la historia que hace crecer las expectativas. Pero a partir de aquí hay un desequilibrio en la linea de la pelí que no me ha gustado un pelo. Es una comedia, y de hecho hay bromas que hacen gracia, y aunque el tema es el que es, has entrado al cine sabiendo que es una comedia. Pero no me acaba de convencer el tono de humor negro (la explicación del suicidio), que por otro lado creo que los españoles, al contrario que los ingleses, no sabemos exprimir. Y el final no me ha gustado. Pero bueno es la ópera prima del director, Alex Pina, y vamos a darle un voto de confianza.
Sinopsis: Slatan, un hombre oriundo del Karadjistan, se enfrenta a una situación extrema: hacer estallar un avión de pasajeros que va de Moscú a Madrid. Pero una tormenta de nieve retrasa el vuelo, y los pasajeros son alojados en un hotel de montaña hasta que pase el temporal. Ese retraso obliga al terrorista a convivir, durante tres días, con sus futuras víctimas, unas personas con una visión positiva y optimista de la vida.
Como dice el personaje de Hector Alterio al final de la película:
Siempre hay alguien que lo pasa peor que tú. Y solo hay dos opciones: o joderte por dentro, o bailar al ritmo de la vida.
Pero hay que decir a su favor que tiene muy buen reparto, y que ya sólo por ver el cuerpazo de Álex García (Sin tetas no hay paraiso y Tierra de lobos) vale la pena. Y borda el acento caucasico, nadie diria que este bombón en realidad es canario. Su papel casa a la perfección con uno de los personajes que le dan réplica, el argentino Eduardo Blanco.
El cine desde hoy y hasta el miércoles está a 2,90 euros en el 90 % de las salas (www.fiestadelcine.com) , así que aprovechad. Yo iba a ver El Gran Hotel Budapest y ya me la han quitado de la cartelera. En fin.