Este revival del vermú viene acompañado por esos elementos característicos de una fotografia imaginaria de ese momento-vermú. Esas anchoas que lo acompañan, esas "gildas" (palillo con aceituna rellena, guindilla y anchoa) que te ponen en muchas barras de San Sebastián, las patatas bravas de Madrid, las "marineras" de Murcia, o la mojama y las almendritas a este lado del Mediterraneo.
Por cierto, se puede escribir vermú o vermut. La palabra procede del francés vermout y ésta a su vez de la alemana wermut que significa ajenjo ( absenta). En realidad el vermú lleva vino, ajenjo, sustancias amargas y hierbas. Las hierbas usadas en los vermuts incluyen todas las grandes favoritas que se hallan en los bitters y en los licores: manzanilla en el vermut seco, genciana en el rojo, vainilla en el dulce y, en todos, ruibarbo chino, raíz de lirio, quinina, piel de cedro y por lo menos 150 hierbas más.
Me recomiendan si paso por Madrid el vermú de Casa Labra, una taberna clásica que fue fundada en 1860 y en la que tuvo lugar, el 2 de mayo de 1878, la fundación clandestina del PSOE de la mano de Pablo Iglesias. Hay que pedirlo con una tapa de bacalao rebozado. Lo haremos. Se aceptan recomendaciones de otros lugares donde se sirva tan sagrado caldo.