27 abril 2015

Llega el taquillazo francés La familia Bélier: cine feel -good



La familia Bélier es la última comedia que ha reventado la taquilla en Francia, creo que ya sobrepasan los 7 millones de espectadores. 

Es una comedia de esas que te hacen reír y llorar a parte iguales, de eso que llaman ahora una feel-good movieToca la fibra sensible en muchas ocasiones, tiene situaciones hilarantes en otras, y siempre te deja la sonrisa en la cara. ¿que mas queremos en campaña electoral?

La historia se centra en la familia Bélier, donde todos son sordos menos Paula, la hija. Y ahí tenemos e
l reto de la película: tres de los cuatro protagonistas no hablan. Un reto interesante para una película que hace del lenguaje no verbal y la música los protagonistas.

Maravilloso el trabajo del director Eric Lartigau para introducir al espectador en el mundo del sordomudo. Los ruidos y sonidos son tratados de manera especial, el recurrir al tacto, el lenguaje de los signos, que todos tuvieron que aprender menos el actor joven ( el hijo, que es sordomudo de verdad). Y los silencios recreados en momentos especiales. 

¿De qué va?

En la peculiar La familia Bélier, todos son sordos menos Paula, que tiene 16 años. Ella es indispensable para su padres en el día a día, sobre todo en la explotación de la granja familiar y la quesería. Animada por su profesor de música que ha descubierto en ella un sorprendente don para el canto, decide preparar la prueba para un concurso de radio nacional. Una elección vital que podría significar alejarse de su familia y un paso inevitable hacia la edad adulta. 

No dejaría de ser una historia normal, sino fuera por el encanto de la familia, una familia que no ve limitaciones a pesar de ser sordomudos: hasta el padre se presenta como candidato a las elecciones municipales.

También esta muy conseguido el transfondo de muchos temas como la sexualidad, la comunicación en la adolescencia, el destino, los dilemas del futuro, el síndrome del nido vació.

¿Quién sale?

Paula, la hija, con una voz excepcional, está interpretada por Louane Emera, ganadora de La Voz Kids Francia, que logró alzarse con el Premio César a Mejor Actriz revelación por su excelente trabajo. 

La madre es Karin Viard  (Delicatessen) que ya fue compañera de reparto de François Damiens en otra comedia francesa taquillera, Nada que declarar. 
El actor belga , que hace de padre, ya me impresionó en una preciosa película llamada La delicadeza.Hay dos temas musicales en La familia Bélier ( Je volé y Je vais t'aimer)  que son preciosos, pero claro hay que saber francés o verla en el cine, que viene subtitulada, para entender la letra. Os dejo uno:https://youtu.be/Jhf7Py9m1Us

23 abril 2015

Un cuento, "El andamio de las letras" con motivo del Día del Libro


Jamás se subió a un escenario, aunque el virus del teatro lo llevaba inoculado desde la cuna. Por eso Manuel encontró en el andamio el mejor balcón donde asomarse a la platea. Era albañil de profesión, y poeta y actor de vocación. Levantaba paredes y tejados como Rubén Darío construía alejandrinos.

Manuel se crió en un circo ambulante, de pueblo en pueblo, de plaza en plaza. Su madre, hija de titiriteros, era actriz, con un pequeño numero de comedia blanca que entretenía al público en mitad de la función, justo el tiempo suficiente para retirar las jaulas de los leones. Y el niño creció entre funambulistas, domadores y payasos, y el amor por la literatura de su madre Manuela.

Se iba a dormir con las "Nanas de la cebolla" de Miguel Hernandez y se levantaba con el "Gracias a la vida" de Violeta Parra. Creció con la "Canción del Pirata" de Espronceda, con los poemas de Neruda, de Lorca y de Salinas, y con la magia de El principito. Conoció el miedo con Allan Poe y con Lovecraft. Se aventuró con Verne, Conrad y Dickens. Y se enamoró con Cumbres borrascosas, Don Juan Tenorio y Romeo y Julieta.

Con la edad, los grandes clásicos dieron paso a las obras contemporáneas, y hasta se aficionó a los haikus. Las letras,con rima o sin ella, eran su mundo. Pero la vida nómada, que llevaban madre e hijo recorriendo la geografía española, impidieron a Manuel acabar la enseñanza obligatoria. Así que a los 16 dejó el circo para empezar como peón de albañil en León, dónde Manuela volvió para acompañar en los últimos meses de vida a su madre, la titiritera.

Y en la obra fue, dónde mientras unos pocos afilaban a golpe de paleta y nivel el noble arte del requiebro y el piropo, Manuel recitaba Benedetti, Yeats o San Juan de la Cruz. Eso si, antes de subirse al andamio y empezar el espectáculo, Manuel se aseguraba de que sus compañeros no se asomaran por allí.

Había que reconocer que muchos colegas de profesión ganaban a Manuel en prestancia y arrebato a pie de calle:

- “Dios debe estar distraído, porque los ángeles se le están escapando.”

Pero él no tenia comparación ni competencia. Era ver una muchacha bonita cruzando la acera y recordar en susurros un pasaje Sobre el amor y otros demonios de Garcia Márquez.

Lo vio por primera vez en un corral de feria, enfrentado a un toro bravo al descubierto, medio desnudo y desprotegido. Días más tarde volvió a verlo bailando el cumbé en una fiesta de carnaval, a la que ella asistía llevando una máscara... Judas estaba en el centro de un grupo de curiosos y bailaba con cualquier mujer que quisiera pagarle...Bernarda le preguntó cuánto costaba. Judas replicó mientras bailaba "medio real". Bernarda se quitó la máscara..."Lo que quiero saber es cuánto cuesta el resto de tu vida".

Entre andamios y ruido de taladros era difícil escuchar nada, pero Manuel temía que descubrieran su inusual afición por saberse de cabo a rabo muchos pasajes de libros. Así que, para disimular, a la hora del almuerzo, reía las ocurrencias de sus compañeros en el popular concurso anual del piropo-paleta.

- Del cielo cayó un pañuelo bordado de seda negra, y en cada esquina decía “tu madre será mi suegra”

Y así pasaban los días entre la obra y la biblioteca. Pero el tiempo todo los suaviza y Manuel poco a poco fue descubriéndose y dejando ver su pasión. Fue más fácil de lo que temía. Parece que todos escondían este sano apego a las letras, como si estuvieran pendientes de una admonición. Pero en realidad Pablo era un apasionado lector de hobbits, alatristes y otras sagas. Eduardo no se acostaba sin una dosis de Paulo Coelho. Rafa era un apasionado de la novela negra noruega. Y Jaime era devoto cumplidor con Matilde Asensi, y a escondidas, con los Harry Potter de su hijo.

Así que con el paso de los días era habitual comentar la llegada de un best seller o la publicación de una nueva entrega de alguna novela esperada. Y Manuel dejó aun lado la verguenza y empezó a recitar para ellos. Con el arnés de seguridad y el casco puesto se asomaba al abismo de un patio y gritaba:

Te amaré, mi amor.Te amaréhasta que China y Africa se encuentren
y el río salte sobre la montañay el salmón cante en las calles.
Te amaré hasta que el océanose seque colgado de un tenedory las siete estrellas graznencomo gansos en el cielo.

Lo recitó con tanto ardor que levantó los aplausos de toda la cuadrilla. Era un fragmento del poema Durante un paseo vespertino de W.H.Auden. Lo eligió para estrenarse en su debut, ya sin temores y vergüenzas, ese lunes ceniciento en que empezaban las obras del bungalow 43.

Fue su punto de partida. Empezaban así su particular Club de los poetas muertos, como en aquella película que tantas veces pasan por televisión. A partir de entonces le pidieron a Manuel que les leyera un rato cada día. Entre todos elaboraron una lista. Calcularon una novela por mes. Sería como en los conventos, cuando la madre superiora lee en voz alta a las novicias a la hora de la comida. Ellos también eligieron la hora del almuerzo, ese bendito descanso en el que se entregaron a El hereje de Delibes, Las memorias de Africa de Isak Dinesen, o La carretera de Cormac MCCarthy.

Era un rato de evasión, de ficción pura y dura, de dejarse llevar por otras vidas, otros lugares, y otras gentes. Dejaron los 40 princiaples, y las tertulias radiofónicas para el resto de la jornada. La lectura comunitaria del almuerzo pasó a ser sagrada. Una ración de placer sereno donde empezaron a congeniar sin importar la devoción a tal o cual club de fútbol.

Pero un día el jefe de obra pasó antes de su hora habital. Manuel estaba absorto rematando la última pasada a una pared de hormigón fratasado. Tan concentrado en su trabajo, que ni se dio cuenta de que alguien le observaba y escuchaba.

Le gustaría que se callara … Pero ¿cómo explicarle que el silencio puede ser el compañero más afectuoso, el más atento, el más generoso, y que en la palabra “soledad”….

Manuel paró su letania en seco al verse sorprendido por Antonio. El jefe se le acercó y le contestó:

-…Y que en la palabra “soledad” ella sólo ve el “sol”. De parte de la princesa muerta de Kenizé Mourrad. Mi libro favorito, Manuel.

Pero no piensen ustedes que esta cuadrilla de albañiles se olvidó del noble arte del piropo, tan asociado a la profesión. Sólo que ahora enriquecieron el repertorio. Que se lo digan a Pablo que conquistó a la morena de la panadería con un susurrante y casi rijoso:

- “Sherezade, cuéntame un cuento”

19 abril 2015

Al cine : Felices 140.


Cartel de Felices 140
Muerdo el anzuelo del casting y la directora, y me voy directa al cine. Las dos anteriores películas de Gracia Querejeta (Siete mesas de billar francés y 15 años y un día) son referencia suficiente para seguirle la pista, y el reparto de actores vale la pena, así que no lo dudé ni un momento.

De entrada, el título, bien acertado (sin dejarlo todo dicho) , resume en pocas palabras la sinopsis del filme : Felices 140, por una lado tenemos un cumpleaños, y por otro, una cifra gorda. Tan gorda que en realidad son 140 millones de euros. Es el premio de un euromillón que le ha tocado a la cumpleañera.

Os daré un poco más de detalle sin revelar nada importante: Elia (Maribel Verdú) cumple 40 años. Decide celebrarlo con sus amigos y su familia de una manera un tanto especial: los invita a pasar un fin de semana en una casa rural de lujo. Cuando están todos allí reunidos les anuncia que ha sido la ganadora de un increíble premio: 140 millones de euros. Pero la alegría se vuelve codicia porque a todos les vendría muy bien que ese premio se repartiera.

Y hasta aquí puedo leer, porque hacia la mitad de la película pasa algo que da un giro radical a la trama. 


A mi me ha recordado mucho a esa película francesa que me encantó que se llama Pequeñas mentiras sin importancia ( Guillaume Canet) :
http://sargantanaxpress.blogspot.com.es/2011/05/pequenas-mentiras-sin-importancia.html

Y es que el tema de la reunión de amigos, donde con dos copas de más se ensalzan grandezas y bajezas de la amistad es casi un género. Recordar sino esa gran película , con esa gran banda sonora, que es Los amigos de Peter de Kenneth Branagh.

Ya os comentaba arriba lo del reparto: los actores de lo mejorcito del cine español. A la cabeza una espléndida Maribel Verdú. Y a su lado, el resto de intérpretes que . Desde la catalana Nora Navas (Pa Negre), a los camaleónicos Antonio de la Torre y Eduard Fernández.

Los Felices 140 se vuelcan hacia el lado negro donde la avaricia, la envidia, los reproches constantes, los celos infundados, las proposiciones indecentes....acaban por aguar la fiesta.

13 abril 2015

13 de abril : Día internacional del beso

Amb els ulls oberts, 
i amb els ulls tancats, 
al nas, 
mossegant-me el llavi, 
al front per vore si tinc febra, 
a cau d'orella dient-me com m'estimes, 
el ràpid del "fins després", 
el de cinc segons recolçats a la paret del portal de ta mare, 
baix els llençols quan demanes guerra, 
el de bon dia i el de bona nit, 
el que té gust a café i el que sap a resaca, 
aquell llarg i acollidor entre romaní i timó, 
el del mos al bescoll quan em rente el cap, 
el que em consola i sap a llàgrimes, 
el que em fa callar, 
el primer i l'últim d'un seguit llarg tirats al sofà, 
el que "sap a glòria" quan fa dies que no ens veiem, el virtual, 
el que no t'esperes i el que es veu vindre, 
aquells primers fets amb vergonya, 
el de després de fer-ho totalment esgotatats amb l'últim alè, 
el primer d'enamorats amb 14 anys, 
i l'últim, que encara hui em crema.