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Cuando la comida se convierte en una especie de placer artístico entramos en una experiencia que queda infinitamente lejos del simple "salir a comer". Cuando el plato se convierte en lienzo, los ojos comen. Cuando el bocado descubre mil sensaciones, el paladar baila. Todo esta experiencia tuve el placer de descubrirla en el restaurante de Susi Díaz, La Finca de Elche, con una estrella Michelín. Y espero volver a disfrutarla en el restaurante de Quique Dacosta en Dénia.
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Sólo los nombres de los platos te hacen imaginar un mundo mejor: estrella de mar, tarta de manzana y Campari, algas al ajillo, maderas de roble con consome........y ya sé que mucha gente dirá que es carísimo (hay dos menús de 125 y 150 euros) pero la experiéncia es tan profundamente evocadora y placentera que vale la pena darte el lujazo. ( si se puede).
2 comentarios :
Noia, tu tens un paladar de luxe!
paladar de luxe ....i butxaca de pidolaire. Besets wapa!
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