Fiel a la cita con Woody Allen, ayer fui a ver Blue Jasmine. Debe ser que los ayuntamientos de las principales ciudades europeas ya no subvencionan a mi hipocondríaco preferido, y ha decidido volver a rodar en Estados Unidos. Esta vez ha abandonado su talismán, su Nueva York, para elegir San Francisco como escenario de esta comedia de tintes agrios.
Pero hay cosas, que ya sean en París, Roma o Manhattan no dejan de ser marca Woody Allen. La música de jazz, el protagonista atribulado, los créditos en los que no se gasta un duro (letra blanca sobre fondo negro)... Y hablando de títulos de crédito, éstos guardan una agradable sorpresa. El director de fotografía no es otro que el genial Javier Aguirresarobe ( El bosque animado, Secretos del corazón, Mar adentro, Los otros, ). Cada vez cuentan más con él en el cine fuera de nuestras fronteras. A Allen le gustó su trabajo en Vicky, Cristina, Barcelona y ha repetido.
A Woody Allen no le puedes pedir que sea siempre un genio, porque después de 50 películas y rodando casi una por año eso es misión imposible. Algunas le salen redondas y otras no mucho. Esta es bastante buena, aunque no de las pertenecientes a su club de geniales.
A Woody Allen no le puedes pedir que sea siempre un genio, porque después de 50 películas y rodando casi una por año eso es misión imposible. Algunas le salen redondas y otras no mucho. Esta es bastante buena, aunque no de las pertenecientes a su club de geniales.
Sigue retratando como un genio esto tan común nuestro, que no es otra cosa que la vida. Esta vez la vida de dos desventuradas mujeres en un retrato
nada complaciente de la feminidad. Y lo hace con un humor más crudo, porque Blue Jasmine es una historia triste que cuenta las miserias domésticas de dos hermanas abocadas a la suerte del destino. Un drama tamizado en comedia, donde el alma de las dos protagonistas se desboca gracias a las interpretaciones de Cate Blanchett, como Jasmine, y Sally Hawkins, como su hermana. Las dos están absolutamente geniales.
nada complaciente de la feminidad. Y lo hace con un humor más crudo, porque Blue Jasmine es una historia triste que cuenta las miserias domésticas de dos hermanas abocadas a la suerte del destino. Un drama tamizado en comedia, donde el alma de las dos protagonistas se desboca gracias a las interpretaciones de Cate Blanchett, como Jasmine, y Sally Hawkins, como su hermana. Las dos están absolutamente geniales.
Intentar verla en versión original. El doblaje es bastante malo.
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