Este es mi primer viaje a "Il taco dello stivale". Cuando de pequeños estudiábamos geografía siempre identificábamos a la vecina Italia por su forma de bota. Bien, pues después de diversas incursiones viajeras por este país, este verano he llegado al tacón de esa bota. O lo que es lo mismo, a la región de La Apulia (Puglia) , más concretamente a la “comarca” de Salento, donde el sur es bañado por este Mediterráneo que ya es Adriático.
Nuestra primera visita fue Lecce, una ciudad conocida como la Florencia del Sur
o la Pequeña Florencia por su riqueza en arte. Solo que aquí todo es Barroco
mientras que en Florencia todo es Renacimiento. La característica especial de
esta ciudad es el color de sus históricos edificios, el color que le da la
piedra ocre o dorada de la región.
Se ve sobretodo en la fachada de la Basílica Santa Croce, para mi, mucho más bonita que Il Duomo de la ciudad.
De Lecce cogemos dirección hacia Bari, y a unos 40 kilometros hacemos parada en Alberobello, una recomendación que fue toda una sorpresa.
Entramos en la conocida “zona trulli". Y para nuestra
alegría, nos tropezamos con una maravillosa aldea de peculiares edificaciones
cilíndricas con techos cónicos conservados muy bien, no en vano son Patrimonio
de la Humanidad desde 1996.
Los trulli son viviendas de piedra caliza de origen prehistórico que todavía
hoy se construyen con las piedras recogidas en los campos vecinos. Las paredes
se blanquean con cal y las tejas son negras.
Volvemos a la carretera camino de Bari.
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