Antes del anochecer es la tercera entrega de la saga del director norteamericano Richard Linklater. Empezó con esta historia de amor en 1995, con Antes del amanecer (1994), diez años después la pareja se reencuentra en París, es Antes del atardecer (2004) que acaba con un final totalmente abierto. Y ahora llega esta tercera entrega, después de diez años más y en Grecia, es Antes del anochecer. No hace falta ver las pelis anteriores para ver esta, pero si es recomendable.
Las dos primeras son dos sencillas historias de amor, dos breves encuentros de un norteamericano, Jesse, y una francesa, Celine. Y la tercera entrega es la consecuencia de esta historia, y tal vez la peli más redonda de las tres.
Nos encontramos con los mismos Jessi y Celine que conocimos hace casi 20 años en Viena. Poco han cambiado, son los mismos, pero mucho han vivido, y como todo en la vida, eso deja huella. De nuevo interpretados por Julie Delpy y Ethan Hawke, evidentemente también con 20 años más. Y se nota. Continuan siendo los dos guapos y estupendos, aunque con la serenidad que deja la belleza a los cuarentaitantos. Y algún culo gordo, como dice Céline, que antes no lo era. (vamos, como la vida misma).
Nos encontramos con los mismos Jessi y Celine que conocimos hace casi 20 años en Viena. Poco han cambiado, son los mismos, pero mucho han vivido, y como todo en la vida, eso deja huella. De nuevo interpretados por Julie Delpy y Ethan Hawke, evidentemente también con 20 años más. Y se nota. Continuan siendo los dos guapos y estupendos, aunque con la serenidad que deja la belleza a los cuarentaitantos. Y algún culo gordo, como dice Céline, que antes no lo era. (vamos, como la vida misma).
Los dialogos evidentemente són lo mejor de esta película rodada practicamente en unos cuantos plano-secuencia, durante el transcurso de una tarde-noche. Es perfecto el trabajo que hacen los dos actores de conseguir esa fluidez de diálogo y ese tono totalmente natural. Mucho tiene que ver que los dos actores, junto con el director, han escrito el guión a tres bandas.
La película es un rosario de diálogos brillantes, de réplicas inesperadas, de malentendidos, de sinceridades a bocajarro. Es una conversación fluida donde parece que de hablar de lo divino y lo humano pasamos a plantearnos el sentido de cada acción, de cada decisión. Es el cine que imita a la vida, así de fácil, y así de complejo.
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