Yo al principio las cogía , las observaba, y me preguntaba retóricamente, y muy en mi interior, si eso servía para algo. Sabía que tenían alguna propiedad desecante o anti-humedad, pero a continuación acababan en la basura. Tampoco sé si se pueden reciclar.
Pasó el tiempo, se hicieron habituales en cajas y demás envases, y ya directamente iban al cubo sin tanta reflexión.
Pero hoy soy feliz. He descubierto que tiene segunda vida. Con esto de estar en el paro he desarrollado mi vena DIY (Do it yourself) y reciclo, aprovecho y doy segundas oportunidades a todo, antes de llevarlo a un contendor. En esas estoy y en esas me he encontrado con el segundo uso de estas bolsitas. Os dejo este listado, un top five de las cosas que puedes hacer con los saquitos de marras.
Ahí van:
1.Salvar el teléfono móvil. La misma función que hace el arroz, pero sin dejar la despensa canina para la paella del domingo.
Es tiempo de playa y piscina, y a más de uno se nos caerá el teléfono al agua. Introducirlo en una bolsa llena de estas bolsitas, esperar una noche y probar a ver si ha dado resultado.
2. Mantener las fotos en perfectas condiciones. Este consejo es para mi amigo Rafa. Y yo lo voy a seguir a pie juntillas en los cajones donde guardo mis albumes preferidos. Estos sobres de gel de sílice mantendrán las fotos en perfecto estado durante más tiempo. Sirve también para guardar documentos importantes.
3. Protege la plata de tus joyas. Este es la monda. Yo que soy mucho de plata y nada de oro, con el tiempo, siempre tengo que acabar pasando la goma de borrar (versión barata) a mis pendientes y colgantes. Un sobrecito dentro del joyero y como nuevas.
4. Alarga la vida de las maquinillas de afeitar. El exceso de humedad del cuarto de baño acaba por oxidar las cuchillas. Una cajita donde guardarlas con estos sobrecitos y se acabó el problema.
5. Elimina la humedad en armarios, y acaba secando la ropa que has guardado un poco húmeda en hacer la maleta a la vuelta. Todo super-útil.
Po último el gel de sílice se puede reactivar. Sólo hay que meterlos en el horno a 100 grados una hora y vuelven a estar cargados de poder mágico a tope.
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