(Exterior, día)
Una estrella de Oriente, arrastrando su cola, cruza el aire de una ciudad provinciana recortándose sobre las fachadas de las calles. La estrella no vuela; se desliza con un movimiento torpón y cabeceante. Cuando se detiene, después de perfilarse contra árboles y cielo, lo hace ante un quiosco evacuatorio que centra una plaza con jardines. Coincidiendo con su inmovilización se descubre que la estrella va instalada sobre la cabina de un motocarro, precediéndolo, como si fuera guiándolo.
Es el motocarro de Plácido, el que habrá elegido seguramente Luis Garcia Berlanga para dejar esta vida terrenal, a mi parecer, menos aburrida gracias en parte a sus películas.
Hace poco en una entrevista decia que la muerte no le daba miedo , pero le jodía. Es el humor caótico, sarcástico, e inteligente de uno de los grandes del cine.
Un rinconcito para los valientes de ánimo, donde encontrar un bálsamo en forma de libro, película, pensamiento o receta. De toda cabe en esta caja de Pandora que sólo se abre para los que tenéis el coraje de soñar.
1 comentario :
Dejate de necrologicas, que no estoy "pa to eso".¿Como llevas la organización de la caceria del zorro? EH?????.
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