19 diciembre 2009

Guardiola, les teues llagrimes, són meues també



'El Barça de las cinco Copas' deja paso al 'Barça de las seis Copas', un equipo histórico por los títulos, pero sobre todo por las formas. Por el juego, por su antidivismo y por la naturalidad con la que metaboliza el éxito. Todo eso ejemplifica Pep Guardiola, una fanático de todo lo dicho anteriormente, próximo al futbolista, distante de todo lo demás y, finalmente, humano. Las lágrimas del entrenador son el reflejo de toda la presión que ha soportado, la mayor parte del tiempo en soledad o junto a Manel Estiarte, su confidente, pero sin transmitírsela a los jugadores. Xavi se lo explicaba recientemente a quien esto escribe: "Se machaca como un efermo, pero con nosotros, dos minutos, 'plas, plas', y ya está".

El corto plazo de la historia recordará a Pedrito, dueño de un récord decisivo pero también anecdótico, por haber marcado en todas las competiciones, las seis. El largo, en cambio, elevará a Guardiola, merecedor de estar en los lugares de privilegio azulgrana, incluso junto a esa mítica delantera que inmortalizó Joan Manuel Serrat en su 'Temps era temps'. Temps de Basora, César, Kubala, Moreno, Manchón... y Guardiola.

El actual entrenador fue, como jugador, el epicentro del 'dream team', el primer Barcelona que conquistó la Copa de Europa, y al que por ello se situaba por delante del equipo que, en la temporada 1951-52, se alzó con los títulos de Liga, Copa del Generalísimo, Copa Latina, Copa Eva Duarte y Copa Martini Rossi. Con el sobrenombre de las 'Cinco Copas' pasó a la historia un Barcelona con muchas similitudes con el actual, que empezaba en Ramallets y estaba construido por gente de la casa y un líder que acabó por sentirse uno más, Ladislao Kubala. Como ahora Leo Messi. Lo cierto es que si la Copa de Europa, nacida en 1956, lo hubiera hecho antes, ese Barça habría estado muy cerca de conquistarla, ya que dominó el torneo precursor, la Copa Latina. Cuando los supervivientes alcanzaron la final, un decenio después en Berna, los detuvieron los postes, aunque ya no eran los mismos. Tampoco sus rivales.

Guardiola pasa a ser, pues, un personaje capital en la historia del club, puesto que integró uno y dirigió otro de los tres mejores equipos de la historia del Barcelona. Puede decirse que el que ha alumbrado como técnico es el mejor de todos, un cuadro para la leyenda del fútbol mundial por todos los mensajes positivos que transmite. Sabe jugar y sabe ganar, sin renegar de sus principios ni siquiera en la agonía. Si hasta ahora eran Samitier, Kubala y Cruyff los nombres que vertebraban la historia azulgrana, ahora hay que añadir a ellos el de Guardiola. Ganará o perderá, pero sabemos que nunca se traicionará. Que llore en paz.

(Diario El Mundo, 19 de diciembre)

1 comentario :

natx dijo...

Alcoyano a primera.