Tengo una amiga que me pregunta qué es lo que le pasa a los tíos de hoy en día. Una siempre tiene una amiga que pregunta estas cosas. Que le vamos a hacer. Las incógnitas sobre el comportamiento masculino son un pozo sin fondo y no hay sonda ni sonar que averigüen nada al respecto. Pero claro, me lo pregunta a mi, una verdadera analfabeta en cuestión de hombres. Y eso que tengo la suerte de tener buenos amigos del sexo opuesto, pero hasta ahí, que cuando la historia se complica no me aclaro ni con manual de instrucciones.
Ella dice que Fulanito ya no la llama. Que Menganito el otro día se hizo el loco para no saludar. Y que Zutanito después de dos cenas, cuatro cafés y un cine, ha desaparecido del mapa. Ahora tiene un moreno que la ronda y no sabe si va en serio, si quiere lío, si es amor de verano, si está de Rodríguez, o si pasaba por allí. Que digo yo, ¿qué no pueden decirlo más clarito?
Yo también le he dicho si ella pone de su parte. Que si deja pistas, insinuaciones, o da señales de algún tipo. Que ya no se lleva lo del lenguaje del abanico, pero que algo ha de hacer al respecto. Y me sale con eso de que espera que el primer paso lo de él. Ya estamos. Tanto camino recorrido para esto. ¡Si levantara la cabeza Clara Campoamor!
Mira bonita, te pones tus mejores tacones y tu mejor sonrisa, y a continuación descuelgas el teléfono y lo llamas. No pierdes nada. La vergüenza se deja en casa (es lo que dice mi hermana a mis sobrinos, y para esto también vale) y nadie se ha muerto por que te digan que no. Te lo digo yo.
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