Homenaje a Paul Newman

No se el motivo pero siempre que recuerdo a Paul Newman lo hago como Brick, el marido alcoholico de Liz Taylor en la Gata sobre el tejado de zinc. Era un Paul Newman joven, con su recien estrena carrera del método del Actor’s Studio, y su continua pelea por sacudirse de encima las comparaciones con Brando.
Recuerdo perfectamente el forcejeo verbal entre Brick y la Gata. La atmósfera sofocante del verano de Tenessee Wlilliam, los güisquis, el pijama azul a juego con sus ojos, la muleta, sus silencios, la rabia contenida. El retrato del incomprendido, del que todo lo tiene menos lo que no pudo tener.

Del mismo año que La gata sobre el tejado de zinc es El largo y cálido verano. Aquí fue donde conoció a la que fue su segunda esposa, Joanne Woodward, y la que le convirtió en el matrimonio de Hollywood, juntos hasta el dia de su muerte.
Newman fue un actor “todoterreno”. Trabajo prácticamente en todos los géneros: western ( Dos hombres y un destino), cine de catastrofes (El coloso en llamas), suspense, (Cortina Rasgada), drama (Veredicto final). Y dejó protagonistas inolvidables como Eddie El relámpago en EL Buscavidas, o Luke, el preso que apostó a que se comia 50 huevos duros.

Paul Newman está asociado al imaginario colectivo de muchas generaciones. Guapo, inteligente y comprometido, no era el prototipo de Hollywood, como tampoco lo es otro actor con el que compartió muchos rodajes . Con Redford había química y películas como El golpe o Dos hombres y un destino son prueba de ello.

El mismo dijo que tenia claro su epitafio : “Aquí yace Paul Newman, que murió porque sus ojos se volvieron marrones”.