08 enero 2014

Carta de amor


Estos días que me estoy dedicando a tirar, clasificar y guardar papeles varios, me he encontrado con una carta de amor. Desafortunadamente no era yo la destinataria. Era la remitente. Hubo un tiempo en que probé escribir en algún certamen literario de aficionados,  para intentar más que ganar, que me publicaran algo, pero no hubo manera. De esa época es esta carta. Participé en el Certamen de Cartas de Amor de Béjar , en Salamanca. Me pareció curiosa la experiencia, aunque como podéis imaginar no gané. Pero bueno, como acabo de encontrar la carta y me ha hecho gracia el descubrimiento, os la dejo. No es mi estilo, así que pido seáis benévolos. 


Mi amor,

Otra noche más gastada en vano. Otra noche más sin el consuelo de tu cuerpo, sin el refugio de tu voz. Vuelve pronto, y cuéntame otra vez un cuento. Invéntate para mi una historia, que apacigüe este desconsuelo de no tenerte siempre.

Anestésiame, mi amor. Háblame bajito para calmarme y sube tu voz, si lo que quieres es alborotarme. Soy toda oídos, sólo he de cerrar los ojos y dejarme llevar por el hilo de tu voz.

Mi amor, mi Robin Hood de bosques extinguidos, mi caballero Lancelot de tierra inhóspita. Ven a por mi. Te espero, como esperó Penélope. Y lucharé por ti, como Elena de Troya. Y perderé la razón, como Juana La Loca, sino vuelves pronto a mi lado.

Pero hazlo al caer la noche, cuando los libros pierden la vergüenza y se vuelven facilones.

Cuéntame un cuento y déjame que me quede dormida a tu lado. Que el silbido de tu respiración sea el Orient-Express, camino de San Petesburgo, y que el roce de nuestros pies me evoque los paseos sobre la arena, en las playas de Kerala.

Susúrrame historias de misterio, y confiésame los secretos mejor guardados. Hazme viajar hasta Samarcanda y no regresemos sin pasar por Tombuctú.

Quiero que me cuentes mil historias, cada día de mil días, en un calendario sin fecha de caducidad. Quiero que me conviertas en princesa, espadachina o vampiresa. Líbrame de monstruos marinos y piratas malvados. Sé mi particular Hand Solo cuando entremos en otras galaxias
.

Mi amor, estoy a orillas de mi cama. Tenemos el viento a favor y la Osa Mayor mirando a Ítaca. 

                                               Te espero

1 comentario :

Anónimo dijo...

Pero aleshores, no tenia destinatari concret? Per això no te fa vergonya ensenyar-la? Seria genial que li la hagueres enviat a algú, i que la vegera ací, penjada. No ho penses? M'agrada el final: "...a orillas de mi cama. Tenemos el viento a favor..." A vore si quedem, ara que, almenys a mi, em sobra temps per a recorrer llocs!!! Vic