28 febrero 2010

Una borrasca mal curada

Se empeñaron en bautizarla como tormenta perfecta y era sólo una borrasca mal curada. Y es que ya nadie nombra las cosas por su nombre.

Para tormentas perfectas, el panorama nacional. Andalucía con el agua al cuello, Baleares defenestrada, Madrid y sus hijoputas, Valencia y los piropos en las Cortes, la ancha y basta Castilla contra los cementerios nucleares, y aquí, allá y acullá la gente desesperada poniéndole velas a Santa Primitiva, a ver si un gordo nos arregla el papelón.

Nos despertamos con el llanto de nuestros hermanos chilenos preguntando por quien ya no responde. Las imágenes que hoy he visto en televisión bien podrían ser de un Estrenos TV de catástrofes. Destrucción absoluta provocada por un terremoto 50 veces más fuerte que el de Haiti. La naturaleza se nos revela con toda la fuerza que guarda en sus entrañas. Algo no hacemos bien.

Y para ciclogenesis explosiva la del cura-prostituto. Con semejante perfil, y pretendía cobrar el servicio. O la del Jefe de Personal de la Televisión valenciana, acosador y déspota con sus trabajadoras. Por favor Lisbeth Salander, te necesitamos.

Semana movidita la que acaba. Semana en la que se confirma un dato sociologicamente destacable. Los españoles consumimos ya más Internet que televisión. Dedicamos unas 13,6 horas semanales. Normal. Empezamos a ser conscientes. No tengo por que saber quien es John Cobra.

25 febrero 2010

The Road,el filme



Por fin he ido a ver La Carretera. Me ha costado, supongo que por el hecho de haber leído la novela (premio Pulitzer en 2007) de Cormac McCarthy con anterioridad. Es lo que pasa. Con la lectura tú te vas creando un mundo, te pintas un paisaje, y hasta le pones cara a los protagonistas, y claro luego vas a ver el filme y no es como te lo habías imaginado. Pero en el caso de La carretera, un libro magníficamente escrito (ya lo he dicho en este blog un par de veces) ese poder de evocación que tiene la escritura se multiplica. Y el director australiano John Hillcoat ha sabido captarlo.

Las descripciones de McCarthy, tanto del paisaje como del alma, son tan perfectas que era muy difícil pasarlo a imagen. Pero cuando me enteré que se adaptaba la novela al cine y ví que la fotografía era de Aguirresarrobe, me dije , si hay alguien para darle forma a lo que imaginé, ese es el director de fotografía vasco. Así que, voy a ver la película.

La carretera es un libro que yo he dejado como a unas seis o siete personas, y continuo prestándolo. Siempre lo recomiendo, pero procuro no desvelar de que va. Creo que es importante. En la película sin embargo no creo que esto sea fundamental, así que os dejo una pequeña sinopsis.

Es la historia de un padre y un hijo por sobrevivir en un mundo donde la vida va desapareciendo tras un cataclismo. Viven en la carretera, caminando cada día hacia el sur en dirección a la costa, donde piensan que el clima más cálido puede ayudarlos a subsistir.

Tanto padre como hijo han de luchar en dos frentes. La barbarie de una humanidad deshumanizada y sin futuro, y la lucha por mantener intactos los valores y la bondad de un niño que no que ha conocido otra vida que la de una civilización arrasada.

Antes hablaba de la importacia de la fotografia en la película. Javier Aguirresarobe (ha trabajado con Woody Allen, Milos Forman, Amenábar, o Almodóvar) es el responsable de esta película casi un aguafuerte, de grises y cenizas, de nubes y polvo, de incendios y basuras. No tenemos aquí la fotografía de cine de catástrofes, no hay imágenes apocalípticas con marca digital, es todo más artesano, los planos de las ciudades devastadas, de los bosques arrasados son pequeños cuadros, tal vez lo más parecido a buscar un tratamiento estético paralelo a la minuciosidad y elegancia de la literatura de McCarthy.

Por lo que se refiere a la interpretación, increíble el papelazo de Viggo Mortensen (el padre), de Charlize Theron (la madre) , y secundarios de lujo, aunque irreconocibles, como Robert Duvall ( el hombre mayor) y Guy Pearce ( Memento, Priscilla, reina del desierto y todavía en las carteleras en En tierra hostil, ¿para cuando más papeles protagonista para este señor?)


Verdaderamente si jugamos a eso de comparar novela y película, ganaría la novela con amplia mayoría, simplemente porque igualar la fuerza narrativa, la tensión en cada vuelta de página, que consigue McCarthy es directamente imposible. Y el final, también más bonito en la novela, aunque todo un acierto el ambiente en off que se oye con los créditos finales, tal vez la voz de la esperanza.

23 febrero 2010

Lo nuevo de Najwa Nimri



Hoy sale a la venta el nuevo trabajo de Najwa Nimri, El último primate. El primero en castellano, despues de tres trabajos en ingles al lado de Carlos Jean. Su voz, desde luego no deja indiferente.

El desencís, un altra vegada

El 25 d'abril del 2006, pocs dies després de començar a caminar este humil blog, vaig penjar un post que parlava sobre el desencís o el desencant, el mateix és, però tal vegada per explicar el que vuig explicar, es millor parlar de desencís, més que res per ser una paraula composta amb el terme encís, que es una parlaula que m'agrada molt.

L'encís és com el desig, però amb una carrega de innocència que el desig no té. El desig, siga el que siga, es més carnal, l'encís és més espiritual. I com sempre m'en vaig del fil.

Torne hui a parlar del desencís perquè toca. Perquè la vida es una succesió de xicotets desencisos. Si fora un seguit de grans desencants, no seria una vida, seria una tragèdia. Be, doncs com anava dient, que no es despiste ningú, eixa cadena de desencisos va fent el nostre cor més dur, la nostra anima més assenyada, i els nostres amics, més amics. Així és.

És com quan vas a vore un pel.lícula de la que esperes molt, i a l'eixir del cine t'en adones que has perdut dos hores i set euros. Et fa rabia, no? Has eixit desencantada, perque tu anaves predisposta i fins i tot et feia il.lusió. Es el desencís altra vegada. Que anem a fer. Però amb la que está caent al meu costat ( molt més a prop del que m'agradaria), jure que no em queixaré ni un minut més. Estic desencantada, però feliç.

22 febrero 2010

La putamierda de Esperanza

(artículo de JAVIER MARÍAS en su página habitual LA ZONA FANTASMA de El País Semanal del domingo 21 de febrero del 2010) No tiene desperdicio. Genial, Marías.


Esa puta mierda



En la transcripción de la célebre y grosera frase de Esperanza Aguirre que ha trascendido gracias a un micrófono abierto que ella creía cerrado, ha habido, a mi parecer, un pequeño error. Ya saben: “Nosotros hemos tenido la inmensa suerte de poderle dar un puesto a Izquierda Unida quitándoselo al hijoputa”. Si uno oye la frase, para mí es evidente que la última palabra tendría que ir con mayúscula, es decir, “al Hijoputa”, pues sin duda se trata de un mote, de un apelativo habitual. Se está refiriendo a alguien a quien suele llamar así, y su interlocutor –su Vicepresidente– sabe perfectamente de quién le habla, está acostumbradísimo a oírle ese apodo. Si la Presidenta de Madrid se hubiera referido, como ha querido hacer creer, a alguien “circunstancial” –un tal Serrano, ex-representante del Ayuntamiento en Caja Madrid, y con quien ella no tiene trato personal–, habría dicho “a ese hijoputa” o “al hijoputa ese”; no “al Hijoputa”, que es lo que soltó verdaderamente. Por otra parte, me trae sin cuidado de quién estuviera hablando esa mujer despreciativa y soez que provoca vergüenza ajena. Allá ella con sus fobias, sus rencillas, sus traiciones y sus bestias negras.

Lo que ya no me trae tan sin cuidado es que la máxima representante de mi región sea zafia y malhablada, y más grave que la célebre frase me pareció otra, que soltó el mismo día, y que ha sido objeto de muchos menos comentarios. Se la veía paseando por las cercanías de un pueblo, Becerril de la Sierra, con un nutrido cortejo de individuos untuosos y temerosos, literalmente un séquito, como si fuera la dueña de un cortijo con sus capataces y peones. De pronto se soliviantaba y, señalando algo que quedaba fuera de plano –tal vez una construcción–, se volvía hacia el alcalde de Becerril, que iba escoltándola, y le decía en tono despótico y colérico: “¿Pero cómo has podido autorizar esa puta mierda?” Se alcanzaba a ver el azoramiento del culpable, helado por la brutalidad del reproche, y la escena terminaba. Aguirre podía haber dicho “ese adefesio” o “esa porquería”, pero no: lo que le salió de su chabacana alma fue “esa puta mierda”. Lo peor fue el tono, sin embargo: delataba a una persona irascible y propensa al trato tiránico. La escena entera parecía sacada de La escopeta nacional, de Berlanga, y no está de más recordar que en ella la acción se situaba aún en tiempos de Franco, y que esa divertidísima película retrataba con precisión un tipo de aristócrata abundantísimo en España a lo largo de su historia: terrateniente, adinerado y engreído; bruto, ignorante y tosco hasta la náusea. En manos de esa clase de individuos ha estado este país durante siglos. Por eso resultaba tan deprimente ver algo parecido en 2010, con la agravante de que la “señorita” actual fue votada por los ciudadanos (bien es cierto que tras perder unas elecciones y forzar su repetición gracias a una turbiedad nunca aclarada).

Claro que todos, o la mayoría, soltamos tacos de vez en cuando. Claro que nos hemos referido a alguien como “hijoputa” o hemos calificado algo de “puta mierda”. Pero casi todos somos particulares y no nos representamos más que a nosotros mismos. Aguirre se ha negado a hablar de su desliz, aduciendo que se trataba de “una conversación privada” y que, por lo tanto, “no contaba”. Se equivoca, como se han equivocado todos los demás dirigentes a los que ha traicionado un micrófono, desde la lumbrera José Bono tildando a Blair de “gilipollas” hasta el actual jefe de la patronal, Díaz Ferrán, llamando a la propia Aguirre “cojonuda”. Los políticos fingen y mienten de manera tan abusiva y permanente en público, que precisamente lo que ya no cuenta es lo que dicen para la galería, cuando se saben vistos, escuchados, filmados y grabados. Todo eso es falso, una patraña, una representación en el mejor de los casos. Para saber cómo son y lo que piensan de veras no nos sirven sus declaraciones ni sus intervenciones en el Parlamento. De modo que, cada vez más, lo único que cuenta es lo que dicen en privado y cuando creen estar “en confianza”. Hay más verdad acerca de la personalidad de Aguirre en esas dos frases captadas por azar que en todas sus manifestaciones ante la prensa a lo largo de los años. Éstas son, por principio, pura fachada y puro teatro, y por consiguiente falaces, un engaño, como todas las de los demás políticos una vez que ese gremio ha optado por el fingimiento perpetuo. Son esas las que no cuentan. Aquéllas, en cambio, nos revelan quién nos representa: una mujer autoritaria, irritable, desdeñosa, deslenguada y de natural ordinaria. Ya sé que hoy suelta tacos todo el mundo (bueno, sólo en España), pero, curiosa y significativamente, apenas conozco a mujeres de mi edad o mayores (y Aguirre es de mi edad) que, si han sido bien educadas y además son consideradas, recurran a ellos, sean cuales sean su clase social y sus conocimientos. También eso indica algo.

19 febrero 2010

Dolce vita



Qui no s'enrecorda d'esta cançó? Anys 80, estiu, primeres discoteques, look Mecano, i La Dolce Vita a la radio. Han passat els anys i ara m'entere que el cantant es un tal Ryan Paris. El millor, els efectes sonors totalment "ochenteros".

Quina nostàlgia. La deixe ací penjada per a dessijarvos un cap de setmana de dolçe vita i dolçe fer niente.

17 febrero 2010

Tecles i somnis

L'ordinador bull com la cassola al forn. Mentre, els dits arroseguen lletres del teclat a la pantalla. S'amunteguen les invitacions a la xarcia social i jo només vuig tancarme a casa. El cor em batega ràpid i l'ADSL es pren el seu temps.

Pluja de correus de Viagra, però cap noticia teua. Et faig sobrevolant les dunes d'Erg Chebbi, i el sol que imagine em cega per un instant. Torne a obrir els ulls i les icones virtuals em fan l'ullet. No se si volen lligar amb mi o despistar-me dels meus deures. Tanque finestres i m'en vaig a la terrassa. Per fi fa sol i les gavines criden . Aixó és que m'avisen de la teua arribada.

16 febrero 2010

Contra la adversidad, RESILIENCIA

Rojas Marcos aconseja: contra la adversidad, "resiliencia"

Madrid, 10 feb (EFE).- Luis Rojas Marcos considera un error pensar que la adversidad hace más fuerte al ser humano -"es absolutamente falso", insiste-, aunque sí cree, desde su experiencia como profesional de la psiquiatría, que en nuestro interior habita "una impresionante fuerza natural" para combatirla.

Una fuerza interior que impregna todos y cada uno de nuestros genes y que Rojas Marcos, al igual que otros psicólogos y psiquiatras, ha dado en llamar "resiliencia", un anglicismo que han tomado prestado de la Física, donde se usa desde hace tiempo y que remite a la capacidad de un objeto de encajar un golpe sin romperse.

"Resiliencia" es, pues, elasticidad, resistencia, superación...aplicada a los objetos, y "una simbiosis natural y única de flexibilidad, resistencia, adaptación y recuperación" que los humanos tenemos para combatir la adversidad.

Es "la poderosa capacidad humana de encajar, resistir y superar la adversidad", escribe Luis Rojas Marcos en su último libro, "Superar la adversidad. El poder de la resiliencia", editado por Espasa, sobre el que este escritor prolífico ha hablado con EFE.

"Mi propósito es informar a las personas sobre la capacidad que tenemos de sobrevivir, de superar la adversidad e, incluso, de sacarle algo positivo", afirma el que fuera jefe de los servicios de salud mental, alcoholismo y drogas del municipio de Nueva York y director de su Sistema de Sanidad y Hospitales Públicos, entre 1995 y 2002.
Seis son los pilares que, cuenta en su libro, soportan la tan poderosa fuerza de supervivencia que es la "resiliencia", y que permite al ser humano plantar cara a algo de lo que ninguno se libra: las desgracias.

Las conexiones afectivas con quienes nos rodean, las funciones ejecutivas -el autocontrol, la energía vital son dos ejemplos de ellas-, el centro de control interno de nuestras vidas y decisiones, la autoestima, el pensamiento positivo y las ganas de vivir son esos seis pilares que, en cada persona, son más o menos firmes.

"Tener una familia, un grupo de amigos, pertenecer a un club o a una determinada religión puede ayudar a superar la adversidad, porque de ello se puede recibir solidaridad, apoyo y ganas de vivir", apunta este sevillano emigrado a Nueva York en la década de los 60 del siglo pasado, ciudad en la que desde entonces vive y ejerce la Medicina.

Rojas Marcos habla del sentido del humor, de su importancia para hacer frente a las crisis, inevitables en la existencia. "No sirve de mucho -dice- cuando el barco se está hundiendo, pero sí más tarde, cuando te das cuenta de lo que te ha pasado. Ayuda a digerir algo tan trágico como la muerte".

Y cuenta una anécdota personal. "Antes de que mi madre muriera, por una cuestión práctica y de respetar su voluntad, le pregunté si prefería que la enterráramos o que incineráramos su cuerpo. Su respuesta fue, con una sonrisa: sorpréndeme".

También habla de límites a la hora de soportar el sufrimiento -"tenemos un límite, claro que lo tenemos", insiste-, y asegura que, en general, "no soportamos más de dos grandes tragedias en nuestras vidas".

Dos adversidades serias, de esas "que conmueven tu vida, de las que amenazan tu equilibrio mental o físico e, incluso, amenazan la existencia. Tocamos -insiste- a dos de media". Tragedias como la muerte de un hijo o de la pareja, un grave accidente o una enfermedad como el cáncer. O desastres naturales como un terremoto o una inundación. Aunque, afirma, estamos más preparados para soportar las segundas que las primeras.
"Es excepcional -insiste- que una persona aguante mucho sufrimiento y se mantenga equilibrado".

Ante el infortunio, Rojas Marcos enumera en su libro "mecanismos protectores", como la intuición, el sentido del humor o la capacidad de pasar página, y enumera los cuatro "venenos" que nos hacen especialmente vulnerables ante las calamidades: el pánico, el aturdimiento, la depresión y el estancamiento.

Depresión que no hay que confundir "con esa tristeza normal que no debemos dejar que nadie nos la robe, porque es sana y normal. Cuando, por ejemplo, nos quedamos en paro o si se muere alguien querido. La depresión es otra cosa. Es una enfermedad que durante el tiempo que dura te cambia por completo, te convierte en otra persona".

Pero a lo que peor hacemos frente, según su opinión, es a la incertidumbre. "Tenemos hoy -asegura- una mayor resistencia a situaciones de incertidumbre. Nos ponemos muy nerviosos cuando ocurre alguna cosa que resquebraja nuestro sentido de futuro. La incertidumbre es ansiedad, pánico en mucha gente. Y la vida -concluye- si algo es, es incertidumbre".EFE

15 febrero 2010

Duffy, Mercy



Para empezar la semana con buen rollito os dejo este Mercy de la galesa Duffy, una voz de ángel negro.

14 febrero 2010

Umami, el quinto sabor

Existe un quinto sabor y se llama umami

(publicado en El País, 14 de febrero 2010)

Si piensan que sólo hay cuatro sabores -dulce, salado, amargo y ácido- sepan que existe un quinto. Se llama umami y comienza a afianzarse más allá de las cocinas de los restaurantes hipervanguardistas. Dos cadenas de alimentación del Reino Unido -Waitrose y Booths- han empezado a vender una crema concentrada de dicho gusto, bautizada como Taste nº 5. Y en España, dos restaurantes (uno en Mallorca y otro que acaba de inaugurarse en Madrid) llevan ya por nombre Umami.



El tomate, las anchoas o el jamón ibérico recuerdan a ese gusto



Todo empezó en 1908, cuando un científico japonés llamado Kikunae Ikeda descubrió que el glutamato monosódico, un aminoácido presente en las proteínas, producía una sensación gustativa distinta. No se encuadraba dentro de lo dulce, ni de lo amargo, salado o ácido, y la bautizó como umami (sabroso, en japonés). Pero ¿a qué sabe el quinto gusto? "El queso parmesano, las anchoas, los espárragos, los tomates, la carne, la salsa de soja o el jamón ibérico tienen un regusto umami", enumera Pere Puigdomènech, director del Centro de Investigaciones en Agrigenómica de Barcelona. ¿Cómo se reconoce y qué lo identifica? Andoni Luis Aduriz, chef del restaurante Mugartiz y poseedor de dos estrellas Michelin, lo explica así: "Es como si los colores no tuviesen nombre y alguien te pidiera que describieras el amarillo. Digamos que el umami es sabroso sin ser salado, tiene una capacidad de llenar toda la boca y el paladar, perdura, retiene el gusto".

Y nada marida mejor con él que los vinos dulces de Jerez, según Heston Blumental, de The Fat Duck, gran defensor de lo umami. Los productos ricos en glutamato o MSG (sus siglas en inglés) son, además, potenciadores del sabor. Y en la cocina de Aduriz, como en la de Ricardo Sanz, responsable del restaurante Kabuki, aprovechan esta virtud para sus creaciones: "Acompañamos los pescados crudos con algas nori y kombu, que son muy umami, para conseguir un conjunto más sabroso", revela Sanz, que es el primer cocinero español en recibir una estrella Michelin por hacer cocina japonesa. Según Aduriz, casi todo el mundo, frente a los fogones, busca el umami de forma inconsciente, aunque no sepa que exista. "Es como esa madre que al terminar el guiso nota que le falta algo y le echa tres cucharadas de tomate [con una alta concentración de glutamato] porque sabe que redondea y consolida el sabor del plato".

Los científicos le dan la razón. Como explica Puigdomènech, estamos programados para saborear y percibir el umami. En 2001, investigadores de la Universidad de California demostraron que en la lengua humana hay receptores específicos que permiten identificar lo umami, igual que los hay para reconocer lo salado o lo amargo. "Y un sabor no sólo es una sensación, también es una señal, adelanta al cerebro información sobre lo que estamos comiendo", apunta el físico. El sabor dulce, por ejemplo, detecta la presencia de glucosa y sacarosa. Y el umami identifica un producto rico en proteínas. "Se ha descubierto que los pandas, aunque son omnívoros, no tienen receptores de umami porque su dieta no es rica en proteínas", explica Puigdomènech. Pobres pandas.

12 febrero 2010

La carretera

Al anochecer encendieron lumbre arrimados al tronco y comieron quimgombó y alubias y las últimas patatas enlatadas que quedaban. La fruta se había terminado hacía tiempo. Bebieron té y se quedaron sentados junto al fuego y durmieron en la arena y escucharon el rumor de las olas en la bahía. El largo estremecimiento y la caída posterior. Se levantó por la noche y caminó por la playa envuelto en sus mantas. Estaba demasiado negro para ver. Sabor a sal en los labios. Esperando. Esperando. Luego el lento estruendo perdièndose en la playa. Aquel siseo como de hervor que se extendía por la arena y se alejaba otra vez. Pensó que aún podían quedar barcos de la muerte, flotando a la deriva con sus lánguidas velas hechas harapos. O acaso vida en las profundidades. Grandes calamares propulsándose por el lecho marino en la fría oscuridad. Yendo y viniendo como trenes, los ojos del tamaño de platillos. Y sí, más allá de aquel empañado oleaje tal vez otro hombre caminaba con otro hijo por la arena muerta y gris. Dormidos pero con un mar de por medio en otra playa entre las amargas cenizas del mundo o en pie y andrajosos, perdidos bajo el mismo sol indiferente.


Ahora que La carretera (The Road) está en la cartelera de los cines , vuelvo a recomendar desde aquí la lectura de la novela de Cormarc McCarthy en que se basa el filme. Soberbia y esplèndida lectura. Uno de los mejores libros de los últimos años.

11 febrero 2010

Precious



Si uno lee que esta película cuenta la historia de una joven de Harlem, embarazada por violación de su padre (el primer hijo con síndrome de Down también es de él), analfabeta, obesa, y dominada por una madre alter ego del demonio, podemos imaginar "tela marinera" el dramón "estrenos TV" que me puedo tragar. Pues nada más lejos de la realidad, para suerte de los que si hemos decidido ir al cine.

Precious es un peliculón en toda regla, abalada por el triplete de la última edición del Sundance (Premio Especial del Público, del Gran Jurado y el Premio Especial a la interpretación). Es una película como esos cuadros de Antonio López que dejan ver hasta la mugre de los azulejos del cuarto de baño. Hiperrealismo puro. No se esconde nada, se muestra todo como si echaras un vistazo desde la ventana de la casa de al lado. Hasta en los "sucios" movimientos de cámara notas esa frescura. Un montaje rápido, con muchos encadenados, con insertos de imágenes "provocadoras", y también con pequeños clips de los sueños de la protagonista. Momentos que dejan tomar aire al espectador.

Precious está basada en la novela ‘Push’, de la escritora Sapphire, y dirigida por Lee Daniels ( para mi un desconocido, pero es el director de una peli llamada Shadowboxer que no se si por aquí se llegó a estrenar). Y quien está detrés de todo esto, quien ha puesto la pasta, es la todopoderosa Ophrah Winfrey, una de las grandes comunicadoras norteamericanas y uno de los símbolos del blackpower)

Luego hay que fijarse, porque cuesta verlo, en los papeles de Mariah Carey (la asistente social) y de Lenny Kravitz( el enfermero). Pero para increíbles los papeles de la madre de la protagonista que es una cómica norteamericana llamada Mo’Nique , y de la propia Clarise Precious que es toda una desconocida, ajena al mundo del a interpretación, y que fue elegida por el director después de entrevistar a 400 candidatas.

La madre de Clarise se pasa el dia en casa fumando y viendo la televisión. Hay una secuencia en que se ve a clarise y a su madre discutiendo y en el televisor una película en blanco y negro con Sophia Loren. Si no me equivoco es Dos mujeres de Vittorio de Sica, un peliculón que narra otra relación madre-hija, esta vez desde una posición totalmente contraria a la retratada en Precious , y donde aparece la que puede ser la violación más violenta y menos explícita del mundo del cine.

Bueno, pues lo dicho, que recomiendo ver Precious , la cinta indie del año, una preciosa y dura historia sobre lo cruel que puede ser la vida y sobre la voluntad de querer ver la luz al final del túnel.

Recomiendo verla en versión original si tenéis la oportunidad, la voz elegida para doblar a la protagonista es un tremendo error.

09 febrero 2010

Vuelve El hombre y la tierra



RTVE rinde homenaje a uno de los más importantes protagonistas de la historia de la televisión en nuestro país, Félix Rodríguez de la Fuente, en el 30 aniversario de su muerte.

El legendario naturalista falleció el 14 de marzo de 1980 en un accidente de avioneta en Alaska mientras realizaba uno de sus documentales sobre fauna y naturaleza. La inconfundible voz y la acentuada personalidad del director de El hombre y la Tierra vuelven a la pequeña pantalla. TVE volverá a emitir desde hoy el famoso programa de reportajes sobre la fauna ibérica que lanzó a la fama mundial al naturalista español en los años 70. La 2 emitirá la mítica serie El hombre y la Tierra , una producción realizada entre 1975 y 1980. La serie se emitirá remasterizada, con calidad muy mejorada de imagen y sonido, de lunes a viernes en La 2 (de lunes a jueves a las 19.00 horas y los viernes a las 19.30 horas).

La web dedicará también a partir hoy una sección especial a Félix Rodríguez de la Fuente en www.rtve.es/felix, donde se emitirán todos los programas de El hombre y la Tierra y numerosos reportajes realizados por el propio Félix y aquellos que a lo largo de los años ha elaborado TVE sobre su figura y su trabajo como naturalista. También ofrecerá fotos inéditas de los rodajes de sus programas y un archivo de audio que recogerá los cuentos que escribió para Radio Nacional.

08 febrero 2010

La moda de cultivar la mente

La inteligencia es el nuevo negro
Londres abre la Escuela de la Vida y se afianza el placer de cultivar la mente

PATRICIA TUBELLA - Londres - 07/02/2010 (publicado en El País,ayer domingo)

Aprender, debatir ideas, reflexionar -en suma, cultivar la mente- se afianzan como la nueva tendencia de moda entre las clases urbanitas de un Londres que ha vivido mejores tiempos económicos. Aunque la curiosidad intelectual no sea afortunadamente patrimonio de épocas, sí se presenta en pleno clima de recesión como el mejor antídoto frente al frenesí consumista que tuvo su pico en los noventa para acabar estrellándose contra las incertidumbres del nuevo siglo. "Antes trabajaba y socializaba, pero no me paraba a pensar. Cuando me cansé de consumir productos y servicios, empecé a consumir experiencias", explica Michelle, una asesora financiera de 32 años, sobre su decisión de apuntarse a la Escuela de la Vida (The School of Life) con el objetivo de expandir sus horizontes sin que el talonario fuera el requisito indispensable.

El atípico centro propone encarar el día a día de manera reflexiva

En las clases se asesora sobre lecturas y contra el consumismo

Ubicado en el barrio literario de Bloomsbury, el centro está orientado a mejorar la calidad de vida de sus alumnos, la mayoría profesionales urbanos entre los 20 y los 40 años, a ayudarles a buscar un enfoque más constructivo de su existencia y a afrontar cuestiones tanto tiempo aparcadas, como la insatisfacción laboral o los retos que entrañan las relaciones personales o la vida familiar. Y, sobre todo, a poner a trabajar el intelecto con vistas a la propia recreación.

Lecciones y conferencias sobre literatura, arte o filosofía, a cargo de figuras destacadas en esos campos, sazonan el menú que oferta esta suerte de escuela-librería: cursos de seis semanas sobre materias diversas, sesiones dominicales en las que se charla sobre la humildad, la envidia, el riesgo o el adulterio y salidas en grupo a restaurantes para perfilar el arte de la conversación inteligente.

Quienes han bautizado la iniciativa con la expresión anglosajona the new black, algo así como el nuevo chic, se refieren al éxito de convocatoria desde que la Escuela de la Vida se estrenara dos años atrás. De hecho, abría sus puertas el mismo día en que se confirmaba el colapso financiero del banco inversor Lehman Brothers al otro lado del Atlántico, un augurio de la negra etapa financiera que estaba por venir y de su profundo impacto social.

Los estudios psicológicos insisten ahora más que nunca en que dedicar parte de nuestro tiempo al mero placer de pensar en ideas o propósitos es esencial para llevar una vida feliz. Algunos detectan un cierto hartazgo en el afán compulsivo de comprar, aunque, para el grueso de los mortales, simplemente éste ya no está al alcance del bolsillo.

La atípica escuela londinense propone encarar nuestra vida de una forma diferente y a buscar la verdadera sustancia, en una sociedad obsesionada con la cultura del famoseo y con el placer efímero de, por ejemplo, adquirir el último bolso de moda que cotiza a precios astronómicos.

Previo desembolso de una media de 195 libras (es decir, unos 223 euros por un curso de mes y medio de duración), los estudiantes se emplean a fondo en el debate sobre las ansiedades que provoca la vida moderna -el trabajo y el amor son los temas más recurrentes- o se dejan asesorar sobre las mejores lecturas y exposiciones de la actual oferta cultural. "La Escuela de la Vida está abierta a todos aquellos que buscan la aventura intelectual y personal", reza uno de los lemas de este centro fraguado por Sophie Howard, antigua responsable de exposiciones en la Tate Modern que ha contado con el apoyo de nombres de las letras, de las artes visuales, de polemistas y firmas del periodismo.

Que millones de personas sigan online los debates sobre el mundo de hoy que proponen grupos como el estadounidense TED, en un arco más modesto, o el británico Intelligence2, vienen a confirmar esa tendencia en boga. "¿Necesitas engrasar tu faceta intelectual? Apúntate al Book Slam", reza también la promoción de uno de los clubes más solicitados de la noche londinense. En este local las actuaciones musicales se simultanean sobre el escenario con la participación de novelistas tan populares como Nick Hornby, Monica Ali o Irving Welsh. El conocimiento, en definitiva, es ahora el poder.

Spot creativo



Buenísimo el anuncio.

05 febrero 2010

En tierra hostil



Pensaba que iba a necesitar un trankimalzin al salir del cine. Tal era mi estado de nervios. La película de Kathryn Bigelow , En tierra hostil, es desesperadamente provocadora e intensamente "adrenalítica".

Y lo hace con una historia simple, pero cruda y desasogante. la historia de una patrulla de desactivadores de bombas en la guerra de Iraq. Tensión sobre tensión,
que logra provocar momentos de gran cine. Bigelow, (Le Llaman Bodhi y Dias Extraños) nominada con esta película a nueve Oscars, nos cuenta como es la vida de la Compañia Bravo en Bagdad a través de sus protagonistas, un líder que muere en acto de servicio, un sustituto interpretado por Jeremy Renner (anti-héroe adicto a esos chutes de adrenalina que le provoca el contacto con la muerte) y dos compañeros más, el típico y estricto soldado yanky y un jovencito con más miedos que insurgentes le rodean.

Me ha gustado mucho el que no se entre en cuestiones políticas ni éticas, esto junto con el tratamiento de la imagen, estilo documental y mucha cámara en mano, hace muy creíble todo lo que está pasando delante de ti durante dos cortas horas. Impresionante a pocos minutos de comenzar la secuencia de la primera explosión

Una de las mejores películas del año. Por cierto me ha traído a la cabeza otro film bélico que me encantó, también una historia sobre soldados americanos e insurgentes iraquies , La batalla de Hadiza. Muy muy recomendable y da la casualidad de que el domingo la regalan con el diario El Mundo.

02 febrero 2010

Carícies

A la galta, per comprobar la tebiesa de la teua pell.
Als cabells, per emportarme el teu olor a les mans.
A l'interior de l'avantbraç, per fer-te somriure.
A l'entrecuix, per provocarte el deliri.
Als peus, per despertarte les cuscanelles.
Als llavis, perque els meus dits em porten ahí una i altra vegada.