Venus Calipigia en el Museo Arqueológico de Nápoles |
El término proviene del griego kalipygos: kallos ‘bello’ y pyge ‘nalgas’, pero es una palabra que, inexplicablemente, no figura en los diccionarios más comunes de español.
De nalgas gloriosas
La palabra, no me digais que no es sugeridora, incluso erótica, da idea de unas nalgas gloriosas, redondas y firmes, vamos, como de estatua griega. Lejos del patrón de culo resbaladizo y escuálido de las modelos del siglo XX.
Y esta entrada la he escrito en femenino, porque sé que somos más las calipigias que los calipigios. Porque mira que hay pocos culos masculinos de nalgas rotundas, redondas y mullidas. Pues eso, dejemos de ser culonas y reivindiquemos ser calipigias.
Las venus ya eran culonas
Este término desciende de la adoración clásica por las nalgas femeninas voluminosas, las que eran de gran adoración social por su relación cultural con la maternidad, la fertilidad y la feminidad. En griego la voz es usada para designar la famosa estatua de Afrodita, conocida en castellano como Venus Calipigia. Esta Venus representa a una mujer parcialmente cubierta, levantándose su liviano peplo para descubrir sus caderas y nalgas, y que mira atrás y abajo sobre su hombro, quizá para evaluarlas.
¿Quien no gira la cabeza ante el espejo para verse el trasero en ese pantalón nuevo?
1 comentario :
Vamooos...! Hombres, sobretodo. No se queden callados. Nada más digno de vivir una vida en este mundo que las nalgas de las mujeres. Es lo que hace al mundo girar y al hombre dejar la existencia en el trabajo y el pensamiento. Y todo por el anhelo y el deseo de poseer las nalgas de su amada...y de todas las que vengan a ofrecerselas...Que alguien me diga que me equivoco?
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