Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.
Miguel de Cervantes
Un rinconcito para los valientes de ánimo, donde encontrar un bálsamo en forma de libro, película, pensamiento o receta. De toda cabe en esta caja de Pandora que sólo se abre para los que tenéis el coraje de soñar.
Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.
Miguel de Cervantes
Senza fine\ Tu trascini la nostra vita\ Senza un attimo di respiro\ Per sognare\ Per potere ricordare\ Cio che abbiamo gia vissuto\\- Senza fine\ Tu sei un attimo senza fine\ Non hai ieri\ Non hai domani\ Tutto e ormai nelle tue mani\ Mani grandi\ Mani senza fine\\- Non m'importa della luna\ Non m'importa delle stelle\ Tu per me sei luna e stelle\ Tu per me sei sole e cielo\ Tu per me sei tutto quanto\ Tutto quanto io voglio avere\ Senza fine\ La, la, la, la Senza fine
Luna lunera, cascabelera. Cinco pollitos y una ternera. Sol, solecito, caliéntame un poquito. Por hoy y por mañana, por toda la semana.
"Todos esos goteos, timbrazos, ladridos, todos esos inconvenientes, distracciones, molestias, todos los problemas, la falta de calidad en la televisión, la carrera nuclear en Asia, el hambre en el mundo, todo se debía a la alteración del equilibrio cósmico que había producido la partida de Natalia. Y las cosas eran mucho peores de lo que parecían, porque cuando el problema es una persona, puedes insultarla, pelear, atacarla, denunciarla, pero cuando el problema es su ausencia, no queda nada con que luchar. Sólo puedes batir los brazos en el aire y pelear contra el viento, sólo puedes gritarle a tu imagen en un espejo, o a una almohada vacía. Lo peor de la partida de un ser amado es que te deja sin nadie a quien reprocharle su marcha".
¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?
¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?
"Para hacer sus cálculos aritméticos el mejor momento era cuando descascaraba los guisantes en la cocina o cuando ponía los garbanzos de remojo. La costumbre obraba estos prodigios, y lo mismo era ver la señora los garbanzos y poner su mano en ellos, que se le llenaba el cerebro de números y veía claro en sus negocios"