Y lo hago por que este domingo he vuelto a disfrutar de los pastelitos de una pequeña pasteleria árabe que hay en la calle San Francisco, nº51 , en el centro de Alicante. El local, minúsculo, no es de diseño, ni han hecho estudio de mercado antes de abrir, pero os aseguro que funciona. Y funciona por la exquisitez del producto.
Miras la pequeña vitrina de este comercio y los ojos se diluyen en un mar de dudas. Y la nariz se emborracha de un cóctel de olores. Y los colores se suceden entre verde pistacho, oro miel, marrón canela, ocre almíbar...
Y de entre todos, mi favorito es el baklava o baklawa. Que por cierto ya se atreven a elaborar otras pastelerías alicantinas, como Las tartas de Isa.
El baklava es un dulce con una historia que se remonta a la antigua Mesopotamia, cuando los asirios colocaban capas de pan con nueces trituradas, lo bañaban con miel y lo horneaban. Los mercaderes griegos llevaron la receta a su país donde el pan se sustituyó por pasta filo (hojadre) . Según la tradición 33 capas, en referencia a la edad de Cristo. En el siglo XVI era el dulce preferido en los palacios de Constantinopla. También hay quien argumenta que la palabra baklava es de origen mongol, y que ya se menciona una receta en un libro de cocina chino escrito en 1330. Pues eso, que si os apetece, no cortaros. Son 80 céntimos el trocito de paraíso. Bon profit!
3 comentarios :
Espere que em portes a probar-los algun dia que et visite!! nyam!! que pinta tenen...
Aixó esta fet.
Me quedo con las cocas cristinas.
Un besazo.
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