La última de Spielberg : War horse

A Steven Spielberg pocas veces le he sido infiel, es decir, he visto casi todo lo que ha hecho. Es uno de esos directores con los que mi generación ha ido creciendo. Así que he ido a ver su último trabajo : War horse (Caballo de batalla). Me ha gustado así dicho en plan “resumido en dos palabras” , pero con esto, poca luz arrojo sobre una película que me tiene confundida.

Es Spielberg 100 % en el sentido original, es decir, conserva esa magia de saber contar historias, y de hacerlo todo envuelto en papel de regalo: cantidades de dinero para hacer una película de guerra donde sufres como si estuvieras en el propio campo de batalla (ya lo hizo con Salvar al soldado Ryan), donde las tomas aéreas acojonan, las panorámicas se salen de la pantalla, la música (desde los primeros compases reconoces al gran John Williams) te envuelve y te mete de lleno, y los recursos "made in" te impiden cerrar la boca por momentos ( la transición del jersey tejiéndose y el campo de batalla).

Todo eso me gusta, como me gusta el ritmo y la transición de la historia. Pero no sé, todavía no lo tengo claro, no sé si ha pecado de inocente, quiero decir si la sensibilidad que encierra todo lo que cuenta no cruza por momentos el umbral de lo sentimental. Pero claro, es que en la realidad la historia por su propio peso apela al sentimiento. Os cuento, el caballo del título es protagonista a través de varios personajes de una historia llena de adversidades durante la Primera Guerra Mundial. Con todos estos personajes el animal logra pequeñas victorias. No importa el bando, no importa el enemigo. Y en ese sentido es cuando por momentos la película me recuerda a la espléndida película bosnia En tierra de nadie (Oscar a la mejor película de habla no inglesa en el 2001) Y para cerrar con la guinda del pastel, Spielberg pinta la escena final de rojo en lo que para mi es un claro homenaje a un gran clásico como es Lo que el viento se llevó. Ya sabemos, que mañana será otro día.