Ya sabeís que odio, detesto y no puedo soportar la mentira, no porque sea más recto que los demás, sino simplemente porque me horroriza. Hay un toque de muerte, un sabor a mortalidad en las mentiras, que es exactamente lo que más odio y detesto en el mundo, lo que deseo olvidar. Me hace sentirme desdichado y enfermo, como si hubiera comido algo podrido. Cuestión de temperamento, supongo.
El corazón de las tinieblas. Joseph Conrad
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