No tengo intención de sonreír al jefe, ni de ver televisión. Tampoco tengo intención de dejarme el chocolate negro, ni de leerme todos los correos no abiertos. No pienso hacerme la simpática, ni ir a clase el viernes. Ni siquiera voy a hacer click para sumar un amigo más en el facebook. Esta semana no tengo intención de hacer nada que suponga hacer trabajar un ápice de más mi voluntad. Me revelo como los egipcios contra Mubarak. Sólo que es un alzamiento de mi persona contra mi yo social.
Y sé que tengo por delante un trabajo agotador. Negarte a las intenciones a veces es un trabajo tan arduo como infructuoso, más cuando al final te rindes en la batalla y todo ese efecto potencionalizador y voluntarioso que pretendías, se volatiza y queda exento de validez y eficacia. Pero lo intentaré.
Y no es nada personal, pero no me gusta el principio de este febrero gris y frío en el que me recortan mi salario por primera vez. Pero no es eso. Es algo más de las entrañas, más interior. No se si son las dudas, las oscuras obsesiones, los recuerdos mal traídos, las coincidencias absurdas, o incluso el ambiente del panorama internacional. Supongo que todo influye en este estado de animo apesadumbrado y cenizo.
Así que como decía al principio, no tengo intención de mover un solo dedo, a no ser que lo que se me ofrezca sea más tentador que un trozo de pastel de 3 chocolates de Torreblanca.
Un rinconcito para los valientes de ánimo, donde encontrar un bálsamo en forma de libro, película, pensamiento o receta. De toda cabe en esta caja de Pandora que sólo se abre para los que tenéis el coraje de soñar.
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3 comentarios :
Vas arreglà.
ja,ja ... lo que necesito es que me animen la semana, no que me la hundan. pero merci de totes maneres.
ja has començat a faltar a classe??? I el "el jovenico" ... és menys temptació q Torreblanca??
Eres boníssima! La Pi vs La Pi social!!!
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