16 noviembre 2009

Mantras y mudras

Ahora que los obispos nos amenazan con el pecado mortal, estoy pensando en hacerme apóstata o anacoreta, que más da en que extremo te coloques, lo que importa es coger un rebote ético importante y reivindicar que se puede ver un palmo más allá.

Siempre he pensado que nos han educado en un analfabetismo religioso bestial. Yo, por educación me ha tocado conocer la religión católica, y ya de mayor he ido conociendo algo más el resto de religiones mayoritarias que se predican por estos mundos de Dios, Alá o Buda. Sírvase usted mismo.

Yo, gracias a Dios, a Alà o a Buda, o seguramente porque soy hormiguita ahorradora, he podido viajar a países de culturas y religiones bien diferentes, y es en esos momentos cuando he echado a faltar una educación más amplia en este sentido. En la India, flipaba porque al principio no entendía nada, tanto altar florido, tanta ofrenda y por todos lados dioses en forma de animal, y yo me preguntaba pero aquí ¿ no es territorio de Buda? ¿Es Buda un Dios? . Me despierta mucha curiosidad las demostraciones de fe, tal vez porque soy una incrédula que sólo le hace caso a la Mare de Déu del Sofratge (la patrona de mi pueblo).

También la curiosidad te lleva a leer sobre aquello desconocido, aunque los mantras (lo que recitan los indús budistas con un sonido repetitivo) y las mudras (las posiciones de los dedos cuando recitan los mantras) no son tan diferentes a las plegarias y oraciones de cristianos y musulmanes.

Luego también me ha llamado mucho la atención los judíos. En las películas siempre había oído eso de la fiesta de jánuca, sobretodo entre los judíos neoyorkinos, y también me ha obsesionado siempre el porqué nunca se cae la kipá de la cabeza, ¿como la sujetan? Como veréis no estoy entrando a profundizar en razones teológicas, ni remota intención tengo. Esto es un divertimento de una voyeur del mundo en general.


El tasbith de un turco musulmán. Foto: P.Llorca

Pero la religión que me despierta mayor interés es la musulmana. Es increíble la cantidad de musulmanes que te encuentras en cualquier parte del mundo. En Turquía aprendí que el Tasbith, el "rosario de los musulmanes" tiene 33 cuentas de ámbar o madera de olivo. Y ahora leyendo la nueva novela de Ildefonso Falcones, he aprendido que en verdad son 99, los 99 nombres de Allah, los 99 atributos divinos. Como el tasbith tiene 33 se reza en 3 veces. El que conoce los noventa y nueve nombres, entra en el paraíso. Mira tu, parece infinitamente más fácil que ir al cielo.

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