Hola de nuevo a todos, aquí estoy, de vuelta al teclado después de unos días de desconexión total. ¿Y dónde mejor para desconectar que haciendo el Camino de Santiago?. He meditado, vivido y sufrido a lo largo de 220 kilómetros. Desde Ponferrada (León) a Santiago.
Nadie me dijo lo duro que era. He llegado con los tobillos hinchados y con una sobrecarga muscular en los gemelos. Eso sí, los pies se han portado. Traigo mucho cansancio, pero las expectativas sobre lo que me podía deparar esta peregrinación histórica, que arrastra todos los años a miles de personas, se han visto cumplidas. He conocido algunas de ellas, y al llegar a Santiago he sentido la alegría del reencuentro con aquellos con los que tuve la suerte de tropezar en albergues y caminos. Natalia, Javi, Dani, Saul, Rocio, el "Jesucristo", las Catalanas, Estephanie, Gansel y Gretel, los murcianos, los japos, etc.
Durante estos días pierdes la noción del tiempo y el espacio. Te levantas a las seis, y es de noche, y a las seis de la tarde, piensas que lo que ha ocurrido esta mañana, pasó ayer. Rompes el ritmo matemático y metódico de la rutina para enlazar pisada tras pisada, respiración tras respiración. Subes repechos ,bajas empinadas cuestas, y sientes las piedras bajo las botas en camino llano. Cuando es noche cerrada, te asusta la oscuridad ,cuando hay luna te deslumbran las estrellas, y cuando hay sol ves la bondad del paisaje, tanto del Bierzo, como de la humeda Galicia.
De Triacastela a Portomarín (dos etapas de camino) contemplas kilómetros y kilómetros en verde. Es uno de los paisajes más bonitos del Camino Francés. Los castaños, los alamos, los chopos y las carballeiras ( los bosques de robles) van sucediendose sin descanso. Las aldeas desperdigadas y techadas de pizarra se ven como manchas a la vuelta de cada agro-esquina en esta sucesión de paginas en verde. Un color, salpicado por el gris de la piedra de las innumerables pequeñas iglesias y cementerios. Nos adentramos por túneles vegetales y salimos otra vez a praderas donde pastan las vacas y a campos de maiz a la espera de la siega.
Algunas mañanas la intensa niebla deja a la vista una Galicia de meigas y leyendas celtas. La condensación del vapor de agua deja en el camino decenas de mojadas telarañas tejidas a la perfección, parecen encajes cuajados de brillantes.
Es como la ventana a la que te asomarías día tras día. Como el pueblo de O Cebreiro, con 29 habitantes y sus típicas pallozas, la entrada a la provincia de Lugo, un marco de película (eso si, tras una ascensión que te deja sin aliento).
La comarca de la Ribera Sacra nos va dejando manzanos, moras y frambuesas en las riberas del camino. Después entramos ya en los pazos de Ulloa, y tras los últimos kilometros aparece Santiago.
Algun peregrino me dice que ha venido aquí buscando respuestas, pero que sin embargo no hace más que encontrarse nuevas preguntas. No sé que es lo que buscamos los que peregrinamos a Santiago. Hoy en día casi nadie lo hace por motivos religiosos exclusivamente. A mí no me ha llegado el momento místico haciendo el camino. Si he tenido momentos de soledad reivindicada, porque el camino si se hace en compañia deja mucho tiempo para caminar y cavilar en soledad, y si se hace en solitario, deja mucho espacio para conocer y conversar con otros peregrinos. Pero la verdad es que las cuestas de la ruta jacobea son una verdadera prueba de fuego. Empiezas a sufrir y a notar el agotamiento y te planteas ¿que hago yo aquí? Tanta penitencia, para tan poco pecado.
Pero las piernas llega el momento que parecen te arrastran hacia delante sin tan solo consultar al resto de tu persona. Es la voluntad de llegar a pisar las calles enlosadas y mojadas de Compostela y decir: he llegado hasta aquí, soy yo, me lo he propuesto y he podido. Hay quien dice aquello de "Plantar un árbol, escribir un libro o tener un hijo"...yo añado, hacer el Camino de Santiago.
Fotos: X.Capdevila / P.Llorca
Un rinconcito para los valientes de ánimo, donde encontrar un bálsamo en forma de libro, película, pensamiento o receta. De toda cabe en esta caja de Pandora que sólo se abre para los que tenéis el coraje de soñar.
4 comentarios :
t'imaginava cercada pels llops d'una estepa o envoltada per un eixam de vespes assassines... però pel que dius, el "camino" ha sigut pitjor per als teus peus!! ;) benviguda a casa!
Si es que como en casa Dear Pilareta, en ningún sitio...jajaja
Hola Pilar,
Me ha encantado tu blog sobre el Camino de Santiago y me gustaría ponerme en contacto contigo para hablarte sobre un proyecto que estoy desarrollando para el Xacobeo 2010.
Un saludo!
Muchas gracias,Terry. Para lo que quieras, mi email es pellorca@yahoo.es
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