Entretenido y eficaz thriller que funciona a la perfección. Lo mejor unas buenísimas interpretaciones de protagonistas y secundarios y un buen guión, con ritmo dinámico, a lo que ayudan los diálogos totalmente verosímiles. Además el suspense está muy logrado y deja enganchado al espectador desde el principio hasta el fin.
La película es la historia de Abel (Francesc Garrido), un tipo que trabaja para un argentino que le contrata para cobrar deudas a morosos, pero con métodos más directos que el cobrador del frac. Se gana un buen sueldo, pero sus aspiraciones están lejos de allí, en una casita junto al mar donde vivir con su hijo. Pero Abel se tropieza con Kay (Aida Folch) que ha hecho del hurto su medio de vida desde su más tierna infancia, gracias a las enseñanzas de su padre. Un golpe a medias les acabará por unir. El asunto es peligroso, pero el beneficio puede ser enorme. Pero se topan con Garro, un inspector de la brigada antiatracos, corrupto y violento.
En conjunto los personajes son un retrato de individuos que arrastran historias intimas, dramas personales , y que han acabado por desembarcar en el mundo del delito y la corrupción.
Hay que destacar los trabajos de los protagonistas, tanto el excepcional Francesc Garrido ( Mar adentro, Alatriste, la serie de la TV3 Estació d’enllaç) como Aida Folch (Los lunes al sol ).
Me ha gustado también mucho esa ambientación de esa otra Barcelona, la del barrio marginal, donde el diseño deja paso a un ambiente decadente y demodè , a la que ayuda una fotografia muy cálida utilizada en la iluminación de interiores .
Todo un acierto el del cineasta navarro Patxi Amezcua, en este su debut como director de largos. Esperamos su segundo trabajo.
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