La fotografia digital

No es que quiera ser una plasta con el tema, pero ya sabéis los que por aquí entráis, que alguna vez he dejado claro mi nula habilidad para la técnica, y mi torpe destreza para todo aquello que requiera algo de lógica matemática. Y a la vez, conocéis mi testarudez, y mis ganas de saber todo aquello que en principio la naturaleza me niega por sistema.

Todo esto lo digo porque estoy ahora mismo agotada, exhausta y exprimida. Son las diez de la noche del domingo y acabo de llegar a casa después de un largo fin de semana (empezó el viernes) invertido en un curso intensivo de fotografía digital. Como hace casi dos años me compré una reflex digital quería sacarle partido y para eso necesitaba la ayuda de un profesional remunerado que me aguantara. (Mi amigo Rafa y mi amiga Carme han hecho lo que han podido pero han desistido en el intento).

Bueno, allá voy yo, cámara en ristre a descubrir el maravilloso mundo de la fotografía digital. Yo, que no diferenciaba el diafragma del tiempo de exposición, o la velocidad del ISO. Yo, que desconocía que la sensibilidad se mide, y que las fotos tienen “ruido”. Yo , que pensaba que RAW era “crudo” en inglés. En fin, y para colmo resulta que para hacer una maldita foto has de hacer cálculos matemáticos (mi especialidad) , dividir por focales infernales y repartir “tartas” entre no sé cuantos doscientos-cincuentavos. Jamás, jamás, lo juro, pensé que la fotografía era tan complicada. Con lo fácil que es apretar el botón en modo automático. Con lo barato que es comprarte una de esas de usar y tirar…..

Y para colmo el curso comprendía la parte de ordenador correspondiente, el programa Lightroom. Mirar, cuando ha empezado el profe a hablar de pixeles por pulgadas, ya he dicho, hasta aquí hemos llegado. Socorroooooo.

PD: Rafa , por favor, ahora que ya se de que va todo esto, ¿me darás alguna clase? A cambio te hago una tarta Sacher.

PD: Lluis, ànim…que les fotos d’Irlanda van a quedar-te de poster.