Elegimos una encantadora y moderna casa rural, se llama Santa Ana y esta en Miguel Esteban (Toledo), al lado de El Toboso.
Es uno de esos espacios para dejar pasar el tiempo en un completo relax, Joaquin, su propietario, una maravilla de anfitrión. Es director de teatro y tiene la casa llena de muebles y atrezzos de obras. Un atractivo más para una casa muy especial.
Con un patio central cubierto dentro de la casa lleno de libros y un patio exterior con una piscina-alberca perfecta para refrescarte del calor manchego.
Empezamos por Tembleque, una villa donde ver la plaza mayor, que se utilizaba como plaza de toros. Y de Tembleque a Consuegra. Recomendable ver el atardecer desde el Castillo, con los molinos alrededor en plan ejército de gigantes.
Seguimos carretera y manta, y llegamos a El Toboso, patria del amor del Quijote, Dulcinea. Dulcinea corresponde a Dulce Ana y hoy se puede visitar la casa de Doña Ana Martinez Zarco, el amor no correspondido de Cervantes.
Es la casa típica de hidalgos y ricos labradores. Todos los muebles muy bien conservados y una empleada o funcionaria en la taquilla con la que puedes hablar de Cervantes y del Quijote como si estuvieras con literatos en el Café Gijón.
Si que pudimos ver, al menos por la noche, Alcazar de San Juan, pero merece una visita mínimo de un día... Así que dejamos pendiente volver.
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