El otro día me pasó una cosa que me hizo pensar. En realidad, fue algo tan simple como rectificar unos Buenos Días. Me explico. Estaba en la sala de espera del médico. Una señora de avanzada edad llegó y se sentó a mi lado. Hasta ahora todo correcto, no hay nada de extraño. Pero pasó como un minuto, y la señora se dirigió hacia mi y me pidió disculpas por no haberme deseado "Buenos Días". No sólo se disculpó , sino que se quiso explicar y darme una excusa a lo que ella pensó era una falta de educación. Esto me dejo todo el rato pesando en cómo han cambiando las formalidades en esto de la "buena educación", o la urbanidad, que se decía cuando mis padres iban al colegio.
Hoy en día que algún desconocido te desee Buenos Días es algo raro. La gente vamos a la nuestra y nos importa poco los demás, todavía más si no los conocemos, hasta evitamos mirar a la cara. Hay incluso quien no saluda entrando dentro de un espacio tan pequeño como puede ser un ascensor. Síntoma de una deshumanización arraigada en esta estado del bienestar que hace rato se nos desmorona.
Yo soy muy tímida. Ya sé que esto no es excusa para no saludar, pero a veces me ha pasado que no saludo por el simple hecho de que pienso que la otra persona no me va a devolver el saludo, ya que apenas nos conocemos. Son pequeñas patologías del carácter de cada uno, que muchas veces rallan en la falta de educación. ¡Qué vamos a hacer!. Desde aquí mis disculpas. Pero bueno, puedo decir que es una falta leve, y que lo que de verdad me preocupa en esto de saludar y ser cortés, educado, simpático, o como lo queráis llamar, es el exceso. El exceso de buenrollismo que diríamos. Para mi eso es muchísimo peor que no saludar a un desconocido cuando se entra en el ascensor. Ni tanto, ni tan calvo. Es esa practica abominable de los que a través de las redes sociales se hacen los estupendos, los "yo tengo un millón de amigos" . ¡Pero vamos a ver, piltrafilla, no me invites a tu “caralibro” si cuando nos vemos en el pueblo te haces el loco!. ¿No me digáis que no os ha pasado? Sólo hay que revisar el listado de contactos ( ese es el nombre correcto, no amigos) o ver las invitaciones. Yo estoy empezando a borrar a gente. Me confirmo en la teoría de "Menos es más".
Un rinconcito para los valientes de ánimo, donde encontrar un bálsamo en forma de libro, película, pensamiento o receta. De toda cabe en esta caja de Pandora que sólo se abre para los que tenéis el coraje de soñar.
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