Hay ciudades que viven de su historia. Ciudades que son lo que son por lo que fueron. Pero, llego a Berlín y me encuentro una ciudad que es lo que es, porque su historia es todavía su hoy. No hace mucho el alcalde de Berlín dijo aquello de: Berlín es pobre pero sexy. Y sólo hay que pisar sus calles para dejarse seducir por una de las urbes con más encanto de toda Europa. Una ciudad destruida y reconstruida como un Legoland gigante. Yo sólo he estado cinco días pero prometo que volveré, porque Berlín es inabarcable y quedan pendientes mil cosas. Pero os dejo unos apuntes rápidos e imprescindibles por si os sirven de ayuda.
El primer día se debe hacer una visita guiada para comprender a pie de calle los porqués de esta ciudad. Os recomiendo la agencia Cultourberlin y el guia Ricard. Salen todos los días visitas guiadas diferentes a las 10 de la mañana en la Torre de TV de Alexanderplatz. Hay un tour básico, pero otros muy recomendables como el especial Guerra Fria y Muro, campo de concentración de Sachsenhausen, o el del barrio judío.
Si os interesa la arquitectura dar una vuelta en barco por el Spree. Os hacéis una idea de la ciudad y es un paseo muy agradable. Y ya, con una visión en conjunto, estáis preparados para perderos por la ciudad.
Aprovechar la excusa de estar en Berlín para romper la dieta y beber cerveza y comer salchichas, como la popular currywurst, pero hay otras cocinadas con cerveza o vino que están de impresión. La guarnición con chucrut o puré de guisantes también muy aconsejables. No dejar de probar el eisbein (codillo de cerdo) y una especie de albondigas gigantes, las verhandlungs. Recomiendo cenar una noche en Zeugen Aussage, el sitio es muy auténtico. Tampoco olvidar probar el pastel de manzana, el strudel de manzana. Comer es barato, pero las bebidas, ya sea agua, cola o cerveza no bajan de los 3 euros.
Pasear en bici o caminando por el Tiergarten, antiguo pabellón real de caza y verdadero pulmón verde que los berlinese saben disfrutar. No volver sin echar la siesta en alguno de los rincones de este macro jardín. Pasear también por las orillas del rio, donde las hamacas de los barecitos que ponen en verano invitan a quedarte. A los berlineses les encanta tomar el sol al lado del rio.
Reservar la visita a la cúpula del Reichtag, diseñada por Norman Foster, días antes de ir a Berlín, es difícil conseguir entrada si es verano. Berlín está petado de turistas.
Bueno, mañana os hablo de más cosas: del muro, del holocausto, de la mania de los berlineses por disfrazarse los fines de semana....
3 comentarios :
Qué certeras tus palabras y qué acertados tus comentarios. Vamos, como si lo hubiera visto!
La amiga de Hanssel y la enemiga de Gretel
Je,je.
Es un destí que tinc pendent. Llegint el relat del teu viatge fa ganes de fer les maletes demà mateix, haven-te imprés primer el teu post per a portar a terme els teus concells a piesjuntillas.
Ja espero la part 2 amb impaciència.
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