Se empeñaron en bautizarla como tormenta perfecta y era sólo una borrasca mal curada. Y es que ya nadie nombra las cosas por su nombre.
Para tormentas perfectas, el panorama nacional. Andalucía con el agua al cuello, Baleares defenestrada, Madrid y sus hijoputas, Valencia y los piropos en las Cortes, la ancha y basta Castilla contra los cementerios nucleares, y aquí, allá y acullá la gente desesperada poniéndole velas a Santa Primitiva, a ver si un gordo nos arregla el papelón.
Nos despertamos con el llanto de nuestros hermanos chilenos preguntando por quien ya no responde. Las imágenes que hoy he visto en televisión bien podrían ser de un Estrenos TV de catástrofes. Destrucción absoluta provocada por un terremoto 50 veces más fuerte que el de Haiti. La naturaleza se nos revela con toda la fuerza que guarda en sus entrañas. Algo no hacemos bien.
Y para ciclogenesis explosiva la del cura-prostituto. Con semejante perfil, y pretendía cobrar el servicio. O la del Jefe de Personal de la Televisión valenciana, acosador y déspota con sus trabajadoras. Por favor Lisbeth Salander, te necesitamos.
Semana movidita la que acaba. Semana en la que se confirma un dato sociologicamente destacable. Los españoles consumimos ya más Internet que televisión. Dedicamos unas 13,6 horas semanales. Normal. Empezamos a ser conscientes. No tengo por que saber quien es John Cobra.
Un rinconcito para los valientes de ánimo, donde encontrar un bálsamo en forma de libro, película, pensamiento o receta. De toda cabe en esta caja de Pandora que sólo se abre para los que tenéis el coraje de soñar.
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