09 abril 2014

Retuiteando que es gerundio

Con la calculadora en la mano, la explicación del éxito de los dos tuits más famosos de la historia, podria ser esta: 35% campaña de imagen, 30% presumir del momento o del logro, 20% moda o tendencia, 10% espontaneidad y/o diversión, y 5% narcisismo.

Estamos hablando de dos mensajes, el abrazo de Obama y el selfie de los Oscar, que fueron retransmitidos a la velocidad de la luz. Gracias a Twitter, una de las redes sociales más activas en los Estados Unidos.




La identidad digital

Evidentemente son imágenes fabricadas, y no fruto de la espontaneidad: los responsables de las dos campañas sabían que había que aprovechar el momento: velocidad en la difusión, alcance mundial y combustible para que se hable de ello.

En una cultura esencialmente visual, la tecnología de las cámaras de los móviles , y la posibilidad de compartir la imagen al instante en una red social, obran el milagro. Tenemos temor al anonimato en un mundo donde tú eres lo que es tu identidad digital.
Dos tuits de record

El tuit de Barack Obama con el abrazo a su mujer era hasta entonces el tuit más famoso de la historia: 781.579 retuits. Los responsables de la campaña sabían que esa foto era el momento dulce, la instantánia deseada, la imagen de la que todos iban a hablar.



Pero llegó el tuit del selfie de Ellen DeGeneres y en menos de 24 horas, 2.409.726 retuits.Los organizadores de los Oscars también calcularon la repercusión de diez actores retratados para la ocasión.

En ambos casos se utilizaron frases breves, con impacto. Una con humor, la otra con mensaje de esperanza.

If only Bradley's arm was longer. Best photo ever. #oscars

Four more years.

Y en los dos tuits más famosos de la historia el texto iba acompañado de imagen.

Evidentemente la fotografía era, en el caso del tuit de Obama, la compañera perfecta a ese triunfante "Cuatro años más" . Una imagen tierna la del abrazo a su esposa, pero a la vez moderna. Obama compartió ese momento en Twitter, eligió una red social, para hacerse no sólo visible al mundo, sino para demostrar que está al día. Se toma la libertad de hacer un guiño al público tuitero. Mensaje de cercania. Logró emocionar a 194.000 usuarios, que la marcaron como favorita.

Nos vamos a la segunda fotografia. En este caso los Oscar eligieron un selfie para hacerse víricos. Los selfies, son esas fotografías que uno se hace a sí mismo para compartirlas en las redes. Es uno de los mayores fenómenos de Internet en 2013 y había que explotarlo. También eligieron Twitter. La foto estaba cuidadosamente diseñada. En un momento tenías a 10 de los mejores actores de Hollywood. Todo con una espontaneidad y una soltura que daba el pego. Todos guapos y sonrientes. Y un mensaje: “nosotros también bromeamos y nos hacemos selfies ... y éste lo vais a compartir”.

Evidentemente en ambos casos estaba asegurada la redifusión y el efecto viral. Objetivo cumplido.

¿Pero porque los selfies se han hecho tan famosos?

Muchos son los que critican la parte de narcisismo que tiene el selfie, pero hoy en día, la repercusión de esta moda es ya imparable, y lo confirman multitud de estudios. Como el que recoge este blog sobre el selfie en diferentes ciudades del mundo.
http://www.trends2read.com/es/el-selfie-bajo-el-microscopio/

“Serás visto o no serás nada”

Esta máxima resume la filosofía del selfie. Se busca la mirada cómplice del otro en búsqueda de reconocimiento identitario. Ya los pintores clásicos como Velazquez o Van Gogh se autoretrataban en sus cuadros. Era como una especie de firma personal. El selfie, que viene del inglés self-portrait (autoretrato) es una variante de esa práctica llevada al mundo digital. Una práctica, que en mi opinión, es más un puro divertimento para la mayoría de los usuarios. Pero en el caso del marketing digital, una herramienta más de identidad de marca.

Del selfie al belfie

Esta claro que para los que quieren verse en primer plano de este gran escaparate que es Internet, tienes que estar al día y no perder posiciones. Ayer era un selfie, y hoy ya es un belfie, esas autofotos de traseros que se comparten, sobre todo a través de Instagram. Aunque el belfie no será tan seguido como el selfie, seguro que sólo lo hacen quien pueda permitírselo, como Lady Gaga.






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