Esperaba con cierta ansia "La teta asustada", Oso de Oro del último festival de Berlín. Es la segunda película de la directora limeña Claudia Llosa (creo que es sobrina del escritor peruano) y su opera prima "Madeinusa" me dejó tan sorprendida que ayer mismo fui a ver éste su segundo trabajo detrás de la cámara.
Muchos son los paralelismos entre las dos películas. En ambas Llosa utiliza la tradición y el folklore del pueblo quechua para, después de pasarlo por su propio tamiz, reinventar historias ficticias y casi mágicas. Y jugar así con el espectador que se plantea que es fábula y que realidad.
También en ambas películas la protagonista es una joven secuestrada de alguna forma de su propia realidad, y los dos papeles ( Madeinusa y Fausta) los interpreta Magaly Solier, una debutante en "Madeinusa" que repite al lado de la directora, que también repite trabajo con actores no profesionales, y que consigue así un retrato casi hiperrealista de una sociedad y un tiempo ( excelente el recurso de la empresa de bodas de la familia, y como contraste la vida en la casa de la pianista donde Fausta trabaja)
La historia de “La teta asustada” es la de una joven que padece una enfermedad hereditaria, transmitida por la leche materna, causada por el miedo a las violaciones en los tiempos del terrorismo del ejercito y Sendero Luminoso, un trauma heredado por su madre. Y esta es la única pega que le veo a la película, la falta de más información sobre que pasó, que originó esta “enfermedad”.
Corta filmografía la de Claudia Llosa, pero prometedora. “La teta asustada “ ahora mismo está en cartelera, pero si podéis ver también la anterior, “Madeinusa”, tal vez más arriesgada y sugerente.
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