09 diciembre 2009

España es el país del mundo que bebe más ginebra



(con permiso de la Reina Madre de Inglaterra, añado yo)

Elleonor Joy Baker recibió una educación cien por cien inglesa, «lo que ya imprime carácter». Avezada amazona, estudió Enología y Vinicultura en Brighton y trabajó en bodegas de Nueva Zelanda, Chile y Suráfrica. Llegó a Madrid para aprender español y se prendó del clima, el amor y de cómo los españoles disfrutan de la vida, aunque sea con poco dinero. Su bar (bristolbar.es) es su reto.

Su espíritu aventurero le llevó a dar la vuelta al mundo con 18 años. Se hizo enóloga y se curtió en la coctelería. Es la diosa del Bristolbar, templo del gin&tonic en Madrid.

-El aroma del enebro es el rey de la noche. ¿Sin discusión?

-El gin&tonic está muy de moda. Es un trago largo muy refrescante que se puede tomar a partir del mediodía y sólo, como aperitivo, o con comida. Luego se sigue con él por la tarde, y por la noche no hay quien le pueda. Como además ahora hay tantas ginebras nuevas, tan variadas, con gustos que van desde las muy afrutadas a las más secas, podemos decir que hay una ginebra para todos y para cada ocasión.

-No sabemos a qué hora pero son conocidos los efectos muníficos de la ginebra sobre la Reina Madre de Inglaterra. Su Majestad la bebía con Dubonet y ocasionalmente con White Lady (con cointreau y limón).

-Sí, sí, sin duda tuvo unos efectos magníficos sobre ella, como la ginebra los tuvo sobre Churchill a quien le hemos dedicado un comedor.

-Bueno, los dry martinis de Churchill digamos que eran alegóricos: ginebra (Boodles o Gordon's) con hielo y rematada con la simple mirada a una botella de vermú francés, que colocaba al otro lado de la sala.

-Sin rodeo: era evidente que le gustaba la ginebra, pero fíjese que una cosa que tiene fama de ser tan inglesa donde más se consume del mundo es en España, aunque ahora los filipinos ganan por un pelín.

-¿Y qué ginebra nos gusta a los españoles?

-Ahora se decantan por las nuevas más refrescantes, aunque las clásicas siempre salen.

-Yo, personalmente, aunque no haya comprobado en mí los efectos «conservantes» de esta bebida, me decanto por las medias combinaciones. Las del viejo Lhardy son casi mágicas.

-A mí también me las piden mucho. Los dos cócteles más vendidos en el Bristolbar son el dry martini y el gin fizz, que son los que tienen mayor base de ginebra. Pero después del gin&tonic, claro.

-Para Buñuel, en los cuatro diarios que tenía autorizados por su médico, el vermú sólo tenía un punto testimonial.

-Si no me lo piden de otra manera, la cóctelera con hielo únicamente la mojo con vermú y luego añado la ginebra. Se queda sólo en un toque.

-¿Y lo sirve agitado estilo Bond o removido?

-Removido. Si lo agitas sale más aguado, pero si alguien lo quiere menos fuerte, se hace.

-En su casa se pueden tomar hasta 80 referencias de gin. ¡Difícil elección!

-Acabo de contarlas y ya suman 82. Para Año Nuevo llegarán a las 90.

-¿Vaso o copa?

-Copa balón. Ahí me gusta servir el gin&tonic con cinco cubitos de hielo. Hay distancia suficiente para que entre la nariz y poder distrutar también de los olores.

-¿Un maridaje perfecto?

-Hamburguesa de avestruz con un Whitley Neill Ging&Tonic.

-¿Su cóctel magistral?

-El French 75, muy agradable para estas fiestas, con ginebra francesa Citadelle, zumo de limón, sirope de azúcar y champán.

-¿Un trago para la crisis?

-Un gin fizz: ginebra seca de toda la vida que no es nada cara, zumo de limón, azúcar o azúcar glass y soda. Un trago largo que puedes disfrutar tranquilamente, refrescante y como tiene burbujas anima a la gente. Muy buena copa.

-¿El último hallazgo?

-Una ginebra que acaba de llegar a España. Se llama Brockman, tiene una imagen muy sexy y supersofisticada, pero también muchas frutas rojas. Absolutamente sorprendente.

-¿Y es cara?

-Es una premium pero anda por el precio medio.

(Entrevista realizada por Virginia Ródenas, contraportada del diario ABC del lunes 7 de diciembre)

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