12 años de esclavitud

Yo no debería haber ido a ver esta película. Estoy en un estado anímico, digamos... , sensible ?... , no... Lo siguiente. Y claro, entro al cine, veo pedazo drama sobre la vergüenza humana, y... salgo hecha un trapo. 

La peli en cuestión es 12 años de esclavitud, el tercer trabajo de Steve McQueen (no confundir con el actor de La huida)  y es de esas películas que veremos triunfar en la noche de los Oscar. Y razón no le faltará a los académicos de Hollywood. 

Cuando estás viendo la película te vienen a la cabeza muchos pensamientos sobre las barbaries de la Historia. Cómo podemos llegar a ese límite del mal, y a la vez cómo podemos soportar el dolor y hacer prevalecer la dignidad. Esto último es lo que le pasa a Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor) , el protagonista, un hombre libre, que se convierte en esclavo después de ser raptado y llevado al sur, a un estado esclavista ( aquí pasa a llamarse Plat, porque pierde hasta su nombre).

12 años de esclavitud es de esas películas en las que has de recurrir a las manos para taparte los ojos. Hay determinadas escenas que provocan dolor, pero dolor profundo, y ya no por la violencia física, que no es gratuita, sino por la vergüenza ajena. Llama la atención la lectura de las imágenes en segundo plano, y también la cuidada edición de sonido.

También destascar uno de los co-protagonistas, el esclavista dueño de la plantación de algodón, un papel que borda hasta la repugnancia, el atractivo Michael Fassbende.